Fiesta en Girona y llanto en Tenerife
Stuani, Baena y Arnau firman la victoria del equipo catalán, que regresa a Primera tres años después
Fiesta en Girona, lágrimas en Tenerife. El club catalán regresó anoche a la Liga Santander tras tres años en el pozo de Segunda división. Un gol de Stuani de penalti, otro de rebote, de Alex Baena desviado por José León, y un tercero de Arnau le concedieron al equipo de Míchel el premio a la constancia después de que los albirrojos hayan disputado los últimos tres playoff por el ascenso.
El Girona saborea la gloria reafirmándose fuera de casa. Tras quedar sexto en la fase regular, logró meterse en la final del playoff remontándole al Eibar en Ipurua (0-2) y tocó el cielo venciendo ayer en el Heliodoro Rodríguez López.
Empezó mejor el Girona, llegando con más facilidad a la portería de Juan Soriano, aunque sin crear excesivo peligro. El Tenerife trataba de acercarse a las inmediaciones de Juan Carlos a través de algún contragolpe, pero sin que el meta tuviera que intervenir.
Samu Saiz dio la respuesta, avisando al Tenerife con un gran disparo a la escuadra que desbarató Soriano. Y el vendaval catalán acabó en penalti un minuto después por una mano dentro del área de Sergio González. No falló Stuani, batiendo por raso al meta isleño por su derecha. Abrió el pichichi el marcador en la eliminatoria y puso contra las cuerdas al Tenerife. Faltaban dos minutos para el descanso y los locales recibieron el jarro de agua fría que, lejos de dejarles grogui, les espoleó. Apretó el Heliodoro apoyando a sus jugadores y apretaron los dientes los futbolistas del Girona, que lograron alcanzar el medio tiempo con ventaja en el marcador.
Empezó la segunda parte con el Tenerife presionando, consciente de que necesitaba marcar un gol como mínimo para seguir vivo. Se quedó Sergio González en vestuarios, señalado por el penalti que dejaba a los canarios en Segunda división y le suplía Carlos Ruiz, que logró el empate al rematar de cabeza, como si en lugar de una testa tuviera un martillo, un buen centro al segundo palo.
Alex Baena se convirtió en el héroe momentáneo del Girona al conseguir el segundo tanto de su equipo (min. 68). Un centro del delantero del equipo catalán, que buscaba rentabilizar un buen contraataque, fue desviado ligeramente por José León, lo justo para descolocar a su portero. Y doce minutos después llegó la puntilla con el tanto de Arnau, que remató completamente solo el lanzamiento de una falta lateral. Alargó nueve minutos el árbitro pero la suerte estaba echada. El Girona regresa a Primera y el Tenerife ve el sueño roto en el año de su centenario.
El equipo de Míchel, que acompaña a Almería y Valladolid a la élite, rompe el sueño del Tenerife en el año de su centenario