Compromiso político y capacidad de acuerdo
Fue entre otras cosas el fundador de Alianza Popular en Toledo allá por el año 1976, pero sobre todo un recordado presidente de la Diputación Provincial toledana
Sobre todo si los comparamos con los de los tiempos actuales, políticos de la cada vez más añorada época de la Transición se echan de menos. Y más si se trata del momento de su adiós definitivo. Es el caso del toledano Mariano Díez Moreno, fallecido este pasado sábado en Madrid a la edad de 73 años tras una larga enfermedad.
Su formación académica e intelectual marcó una vida pública en la que el acuerdo y el bien común eran un objetivo primordial. Sus estudios de Derecho en la Universidad de Salamanca le llevaron a ocupar cargos como funcionario interino de la Abogacía del Estado y luego otros de asesoría jurídica.
Pero fue sin duda su faceta política la que le encumbró a la actividad pública, sobresaliendo sus dotes de entendimiento y maneras muy lejos de la estridencia que ahora se lleva.
En su vocación partidista su hito, que ahora se mira con perspectiva histórica, fue la fundación del partido de Alianza Popular en Toledo en 1976, recién estrenada la nueva época política de este país tras la muerte de Franco. Dentro del partido, y ya con las siglas del Partido Popular, Díez Moreno, cuyo hermano Fernando fue secretario de Estado de Defensa, fue vicepresidente del partido en Toledo y formó parte de los comités ejecutivos nacional, regional y provincial de los ‘populares’.
En la esfera pública, nada más constituirse Alianza Popular fue elegido concejal de l Ayuntamiento de Toledo entre los años 1987 y 1991.
Fue en ese mismo periodo temporal presidente de la Diputación Provincial de Toledo, cargo por el que sin duda Díez Moreno es más conocido a nivel popular. Pero no solo por el hecho de presidir la institución provincial, sino de manera especial por su manera de hacerlo. Sus dotes de moderación, entendimiento y su preparación intelectual le han hecho merecedor de ser uno de los presidentes más recordados.
En aquellos tiempos de efervescencia de los nuevos partidos también en España se produjo la conformación del Estado de las Autonomías. En este sentido, en diciembre de 1983 debía decidirse la sede de las sedes institucionales regionales, lo que provocaba el encontronazo entre los representantes de las distintas provincias. Con Cuenca y Toledo como finalistas en esta pugna, en el Grupo Popular, Díez Moreno y tres diputados de este partido votaron «sí» junto a diputados socialistas para que Toledo fuese la sede de las instituciones regionales.
Mariano Díez, conocido cariñosamente como «Manín», concitó siempre esa faceta del acuerdo y de la posibilidad de llegar a un punto de entendimiento. De ahí las numerosas muestras de pésame en las últimas horas no solo de sus compañeros de partido, sino de otros. Es el caso de las palabras del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page: «Nos deja un hombre de gran compromiso político y cuyo ejemplo sirvió para muchos».