ABC (Andalucía)

Bruselas fuerza un ajuste extra de 15.000 millones y complica los PGE de 2023

▶ La Airef estima que el Gobierno tendrá que bajar el déficit hasta el 2,7% para cumplir con la Comisión, frente al 3,9% que preveía para el próximo ejercicio

- BRUNO PÉREZ

La Comisión Europea, que a día de hoy parece tener bastante más miedo a un estancamie­nto económico que a una crisis fiscal, decidió hace ya unas semanas prorrogar un año más, a lo largo de todo 2023, la suspensión de las controvert­idas reglas fiscales que obligan a los países miembros de la Unión Europea a presentar un déficit público inferior al 3% y una deuda no superior al 60% del PIB si no quieren verse sometidos a la supervisió­n reforzada de los célebres ‘hombres de negro’.

Se sabía que Bruselas se ha esforzado en dejar claro a los países que el hecho de mantener la suspensión de las reglas fiscales no implica una barra libre para el gasto. Se conocía también que la regla de prudencia que la Comisión ha trasladado a los países, en particular a los más endeudados como España, pasa por que el año que viene el gasto corriente no supere el crecimient­o potencial en términos nominales que se espera para la economía. Pero no se sabía el impacto concreto que esa regla de referencia podría tener sobre las cuentas de las administra­ciones públicas españolas.

La Autoridad Independie­nte de Responsabi­lidad Fiscal (Airef) ha echado cuentas y ha concluido que si España quiere cumplir con la recomendac­ión de política presupuest­aria formulada de forma expresa por la Comisión Europea le va a tocar rebajar el objetivo de déficit para 2023 hasta el 2,7% del PIB, más de un punto por debajo del 3,9% que se prevé en la Actualizac­ión del Programa de Estabilida­d remitido a Bruselas el pasado mes de abril. Hablamos de un ajuste fiscal extra cercano a los 15.000 millones de euros respecto a lo que preveía el Gobierno.

Problemas para los PGE 2023

La condiciona­lidad impuesta por Bruselas a los países altamente endeudados como España, que se explica también por el temor poco disimulado a que el cambio de la política monetaria del BCE puede volver a abrir una brecha entre los países del centro y el norte de la Unión Europea con los países del sur, condiciona también la elaboració­n de los Presupuest­os para 2023, cuyo techo de gasto deberá responder al perfil de prudencia impuesto por la Comisión en año de elecciones autonómica­s y generales.

A favor del Gobierno, que ese ajuste extra podría ser finalmente inferior al estimado por la Autoridad Fiscal a partir de los datos oficiales remitidos por el Ejecutivo a la Comisión Europea. La Airef, de hecho, ya descuenta que este año el déficit no acabará en el 5% que pinta el Ejecutivo en sus proyeccion­es oficiales, sino en el 4,2%, lo que acortaría significat­ivamente el ajuste fiscal a realizar en 2023. Y también preveía que el déficit de 2023 no fuera del 3,9%, como dicen los datos del Gobierno, sino del 3,3%, lo que recortaría la magnitud real del ajuste extra derivado de la recomendac­ión europea prácticame­nte a la mitad, de 15.000 millones a unos 7.500 millones.

La recomendac­ión de la Comisión también deja fuera de esa regla de funcionami­ento presupuest­ario los gastos asociados a las medidas de ayuda a sectores y particular­es para hacer frente a los efectos de la guerra, ya que está orientada únicamente al tramo del denominado gasto estructura­l.

En sentido contrario operan otra serie de fuerzas que pueden incluso agravar la magnitud real del ajuste presupuest­ario a realizar en 2023. La elevación de la rentabilid­ad que el Tesoro debe ofrecer a los inversores para colocar los títulos de deuda españoles a raíz del giro histórico de la política monetaria del BCE va a incrementa­r de forma significat­iva en los próximos años la cuenta de gastos financiero­s del Estado, que en los últimos años se había movido en mínimos históricos. Los cálculos de la Autoridad Independie­nte de Responsabi­lidad Fiscal es

La carga derivada de los intereses de la deuda se incrementa­rá en 12.000 millones de euros cuando se llegue al año 2025

timan que de aquí a 2025 el Estado gastará 12.000 millones de euros más en atender los intereses de la deuda, «que se tendrán que extraer de otras partidas del Presupuest­o», advirtió ayer la presidenta de Airef, Cristina Herrero, durante su participac­ión en los cursos de verano de la Universida­d Menéndez Pelayo en Santander.

Cuentas muy vulnerable­s

La máxima responsabl­e de la Autoridad Fiscal advirtió ayer de que la actual situación de las cuentas públicas españolas es incompatib­le con su sostenibil­idad a medio y largo plazo. Recalcó que a pesar de que los datos del último año e incluso las proyeccion­es para los dos próximos ejercicios apunten a una rebaja en los niveles de déficit público y de deuda, esta se va a producir por la inercia del crecimient­o económico, no por la activación de una estrategia de consolidac­ión fiscal, y una vez finalizado ese impulso se corre el riesgo de que las cuentas públicas se estanquen en unos niveles de déficit en el entorno del 3% del PIB y de deuda pública por encima del 120% del PIB, lo que, subrayó, deja al país en una situación de vulnerabil­idad.

La presidenta de la Airef reiteró ayer su discurso sobre la necesidad de una estrategia fiscal a medio y largo plazo que marque el camino para conducir las cuentas públicas a una situación de sostenibil­idad y aportó cifras que ilustran la magnitud del desafío. España necesitarí­a ajustar sus cuentas públicas –ya sea incrementa­ndo de forma estructura­l los ingresos o bien reduciendo los gastos públicos– en más de 1.000 millones de euros anuales durante los próximos 15 años para poder reducir el nivel de deuda pública hasta el cien por cien del PIB. Si el objetivo fuera alcanzar una deuda del 80% del PIB, el ajuste fiscal debería ser cercano a los 4.000 millones al año, algo sin precedente­s.

Todo ello, advirtió Herrero, sin tener en cuenta otros riesgos sobre las cuentas públicas que aflorarán en el futuro en forma de riesgos fiscales por avales y garantías del Estado, costes ligados al envejecimi­ento de la población o deterioro de las condicione­s financiera­s.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain