Los empresarios estallan contra el Gobierno: «Hay que alzar la voz»
La relación entre el Gobierno y los empresarios pasa por un momento crítico. La espiral inflacionista ahoga los negocios mientras se multiplican los costes, algunos de ellos fruto de decisiones unilaterales del Ejecutivo como la subida del salario mínimo o el alza de cotizaciones, un escenario complejo agravado por la guerra. Todo ello lleva meses delimitando una línea divisoria entre el mundo empresarial y el Ejecutivo que ayer se vio de forma clara en la asamblea de CEIM que fue clausurada por el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, quien destacó las dificultades por las que atraviesa la empresa y se quejó de que España está viviendo en «un periodo electoral permanente» y con «planteamientos de marketing».
El presidente de la patronal pidió la unidad del mundo empresarial y también aprovechó el foro empresarial para dar el apoyo de las empresas al gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, y a la propia institución frente al tsunami de críticas del Gobierno porque, en su opinión, dice «las verdades del barquero». Sobre las pensiones, Garamendi alertó sobre su indexación a los precios por su elevada factura y afirmó que las empresas no son partidarias de ligar los salarios a los precios por los efectos de segunda ronda que se provocarían.
Miguel Garrido, presidente de CEIM, por su parte, avisó a los empresarios de que si el Gobierno desoye a las empresas «hay que alzar más la voz», después de reprochar al Ejecutivo por «no tomar medidas para solucionar problemas reales», porque «según su relato, de negar la realidad, estos problemas no existen». El líder empresarial criticó que el Gobierno reste importancia al impacto de la pandemia en el PIB o a la elevada inflación y consideró que «difícilmente se tomarán medidas para fortalecer la productividad y para luchar contra la subida de precios si no se reconoce que tenemos un problema». Sobre las pensiones Garrido señaló que estamos ante un modelo de Seguridad Social «financieramente inviable».
Criticó que desde la Administración se «continúe con el despilfarro sin hacer ningún análisis del gasto, mientras nos fríen a impuestos» y reclamó que «las administraciones deben actuar para facilitar el camino de los que creamos riqueza y empleo».