Dos consejerías más, Carazo de portavoz y Sanz de Presidencia
Juanma Moreno está ya preparando su nuevo Gobierno en la Junta que será continuísta y mantendrá a Rocío Blanco en Empleo como independiente y del que saldrá Carmen Crespo. Las caras nuevas: Loles López y Ana Mestre... entre otras
El futuro de Juan Bravo está en discusión. Moreno lo quiere mantener en la Junta y Feijóo lo reclama para su equipo en Madrid
El presidente electo de la Junta es poco amigo de los cambios y las revoluciones. Es conservador en el más puro significado de la palabra pero sabe que el momento de tomar las decisiones es ahora, antes de formar el nuevo Gobierno andaluz. La primera pieza del puzle pasa por la calle Génova. Porque Juanma Moreno quiere mantener (e incluso nombrar vicepresidente) al consejero de Hacienda, Juan Bravo, pero Núñez Feijóo ha pedido que se quede trabajando con él en Madrid en la Junta Directiva. Lo considera una pieza clave para preparar las generales. En esa negociación andan. Mientras tanto, el Presupuesto de la Junta para 2023 ya se está elaborando porque para el presidente andaluz es prioritario que se apruebe en tiempo y forma.
Sí está decidido que Bendodo abandonará Andalucía para trabajar junto a Feijóo. Está por ver si mantiene su acta de diputado en el Parlamento andaluz o si es designado senador por la comunidad autónoma manteniendo su vínculo andaluz pero teniendo más tiempo para poder viajar por toda España para preparar al PP nacional para las municipales y las autonómicas.
Su lugar en el círculo más cercano a Moreno ya está ocupado. Marifrán Carazo, la consejera de Fomento, ha ido ganando influencia en el Ejecutivo y se prevé que mantenga esta cartera además de ser la nueva portavoz del Gobierno. Sobre todo porque habrá pocos cambios en la Consejería de Presidencia. Con la salida de Bendodo será Antonio Sanz, actual viceconsejero, quien ascienda a consejero para seguir haciendo casi el mismo trabajo que hasta ahora: la tarea nada fácil de que funcione la maquinaria de la Junta en el más alto nivel.
Una decisión que sí está tomada es que el Ejecutivo cuente con 13 consejerías, dos más que el actual por cuestiones operativas. La macroconsejería de Juan Marín se dividirá en dos. Hay que recordar que el vicepresidente tenía las carteras de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local, muchos departamentos para un solo consejero. La otra consejería que se va a desgajar es la de Agricultura y Desarrollo Sostenible, cuya titular era Carmen Crespo, quien saldrá del Gobierno salvo sorpresa.
El nuevo Ejecutivo tendrá una Consejería de Medio Ambiente que podría llamarse de Desarrollo Sostenible, de Revolución verde o similar pero que
aglutinará unas políticas que no han estado suficientemente atendidas por el actual Gobierno. Varias fuentes de San Telmo reconocen que éste ha sido uno de los errores en la legislatura que está terminando por lo que pretenden resolverlo en la que ahora empieza.
El propio presidente andaluz hizo pública la oferta que hizo al líder de Ciudadanos, Juan Marín, para que se mantenga en el Ejecutivo. El vicepresidente se ha negado argumentando que no estará en un Gobierno en el que no forme parte su partido tras el batacazo electoral. El futuro no se ha escrito pero Marín se retira a su casa y abandona la política. ¿Un cargo institucional en el futuro, sin sesgo político?
La consejera de Empleo, Rocío Blanco, que entró por Ciudadanos pero que es independiente, sí que mantendrá su cartera. Será un reconocimiento a su trabajo y también a lo que «ha aportado
Ciudadanos» según decía ayer Edmundo Bal. Parece ser que en los planes del presidente está hacer algún tipo de ofrecimiento a los consejeros naranja de su Gobierno pero no está claro en qué nivel de la administración los querrá situar.
Quienes casi tienen asegurado un asiento en el Consejo de Gobierno son dos mujeres: Loles López, la secretaria general del PP andaluz, y Ana Mestre, la cabeza de lista por Cádiz, que ha sido la delegada del Gobierno en la provincia y que no entró en el anterior Ejecutivo de milagro.
La actual consejera de Cultura, Patricia del Pozo, podría ser la próxima presidenta del Parlamento, o esa es la información que se maneja en los círculos políticos andaluces. Pero esto plantea una cuestión clave para Moreno. Patricia del Pozo es de Sevilla y su salida dejaría al Gabinete sin ningún representante de esa provincia, por lo que es más que probable que el presidente andaluz esté sondeando a personas de su confianza para sentarlos en su Consejo de Gobierno. No es ningún secreto que el líder andaluz no tiene demasiados afectos en esa provincia. O quizás sería más correcto escribir «tenía».