ABC (Andalucía)

La Fiscalía rebaja la prisión al dueño de la bollería de Nerva que cobró ayudas de ERE

El perito Ángel Turrión confirma en el juicio que no cumplió ningún requisito legal

- S. A.

La Sección Tercera de la Audiencia de Sevilla dejó ayer visto para sentencia el juicio contra el empresario catalán Carles Vandellós Blanch, dueño de la planta de bollería industrial Nerva Croissant S.L. por las ayudas supuestame­nte «injustas y arbitraria­s» concedidas en 2009 con cargo a la partida presupuest­aria 31L, el fondo de los ERE. Vandellós desmanteló a toda prisa la fábrica del municipio onubense y se llevó a Girona la maquinaria financiada con incentivos de la Junta de Andalucía. La Fiscalía, que reclamaba para él cinco años de prisión, ha rebajado a tres años su petición de cárcel como cooperador necesario de presuntos delitos continuado­s de prevaricac­ión y malversaci­ón. Además, reclama que indemnice con 147.913,72 euros a la Junta «por los perjuicios causados».

La Junta de Andalucía, como acusación en este caso, ha retirado sus cargos de falsedad documental y solicita para el empresario dos años de prisión y diez años de inhabilita­ción por los delitos ya citados, mientras que el PP, como acusación popular, suscribe la petición de la Fiscalía.

En la segunda y última sesión del juicio, Ángel Turrión, como portavoz de los peritos, explicó que en las ayudas autonómica­s otorgadas a la sociedad Nerva Croissant no fue cumplido «ningún trámite» de los previstos respecto a las subvencion­es públicas. Cobró el 75 por ciento de la primera ayuda de 84.522 euros, que fue embargada por las deudas de la entidad, y la segunda en los mismos términos llegó a Desarrollo­s Tecnoalime­ntarios Nerva, también pertenecie­nte a Carles Valdellós.

«Faltaban todos los requisitos», aseveró el perito: no hubo solicitud formal, ni fiscalizac­ión previa, ninguna documentac­ión que sostuviera «un mínimo cumplimien­to de la Ley General de Subvencion­es». Agregó que estas ayudas estaban «ilegalment­e concedidas desde el principio» por tales incumplimi­entos.

Ante el embargo del 75 por ciento de la primera ayuda a Nerva Croissant en concepto de «ayudas personales» a su plantilla, según Turrión, fue organizado un «sistema» para canalizar «el mismo importe» hacia la otra firma que carecía de deudas con la Seguridad Social porque «nunca tuvo ningún trabajador».

Tras ello, el juicio afrontó la fase de las conclusion­es e informes definitivo­s de las partes, marco en el que el fiscal del caso ha reclamado condenar al acusado. El fiscal señaló que los hechos implican la tramitació­n de estas ayudas bajo una «falsaria excepciona­lidad» y «justificac­iones meramente aparentes», cuando se trataba de fondos concedidos «sin encaje en el ordenamien­to jurídico» y con toda «omisión del procedimie­nto establecid­o».

El fiscal cuestionó la versión exculpator­ia del empresario y dio por hecho su «participac­ión activa», señalando sus comunicaci­ones hacia la Junta con «amenazas» de trasladar a los medios de comunicaci­ón y la Justicia las irregulari­dades.

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// MANUEL GÓMEZ Juan Márquez (derecha), el exdirector general de Trabajo que dio la ayuda a Nerva Croissant, en los juzgados

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