La inflación ya afecta al turismo nacional y recorta previsiones
El sector turístico ya está viendo cómo el cliente nacional frena sus índices de ocupación por culpa de la inflación. Algo preocupante, ya que se trata del mercado que más peso ha tenido en el destino los dos últimos años, sustentando las maltrechas cuentas de resultados de las empresas en plena pandemia.
La Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos) informó ayer de que prevé un cierre de junio con una ocupación del 81,80%, dos puntos por debajo de lo alcanzado en el mismo mes de 2019. Se trata de un freno; mayo fue el primer mes que cerró con cifras superiores a antes de la pandemia.
¿Qué está ocurriendo? La ocupación comienza a no ser tan favorable como se esperaba. Y la explicación para los hoteleros se encuentra en las consecuencias del conflicto bélico y la elevadísima inflación que soporta el país. El mercado internacional también se está resintiendo. «Estamos observando una ligera ralentización, especialmente en mercados como el alemán (-26,2% plazas aéreas disponibles) y el británico (-11,9%)», explica José Luque, presidente de Aehcos.
En junio se esperaba una presencia internacional del 70% y de momento se estima que alcance un 65% del total. Otro de los motivos de este leve cambio en los ritmos de demanda es la problemática generalizada en los distintos aeropuertos europeos, que han provocado cancelaciones de vuelos y saturación en los pasos de fronteras y controles de seguridad.
En julio, un mes plenamente vacacional, la ocupación se espera que esté en un 78,79%, frente al 84,20% de 2019. En agosto, se prevé llegar al 77,27%, frente al 89,73% alcanzado el año anterior a la pandemia. La patronal hotelera asegura que la clave de cómo finalizará 2022 será la coyuntura de demanda del último cuatrimestre, en concreto los meses de septiembre a diciembre 2022. Ahí se espera que se compensen las pérdidas arrastradas del primer tercio del año.