ABC (Andalucía)

EL GOBIERNO, CONTRA EL GOBIERNO

Es difícil imaginar mayor grado de irresponsa­bilidad política ante un compromiso internacio­nal como la cumbre de la OTAN como la que demuestran los ministros de Podemos

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L Acumbre de la OTAN que se celebrará en Madrid los próximos días 29 y 30 es el espejo en el que se reflejan todas las contradicc­iones e incoherenc­ias del Gobierno de coalición que preside Pedro Sánchez. Se trata de una ocasión excepciona­l para que España adquiera un protagonis­mo inusual como anfitrión en el concierto internacio­nal, especialme­nte en el ámbito de la defensa occidental. Con la invasión rusa de Ucrania enquistada y con un proceso inminente de ampliación a Suecia y Finlandia, esta cumbre resulta especialme­nte importante y, por esto mismo, le correspond­e al Gobierno de Sánchez cuidar no solo la organizaci­ón puramente logística y material del evento, sino también el respaldo político a cuanto significa la presencia de España en la principal institució­n de defensa atlántica.

Sin embargo, lejos de ofrecer una imagen y una realidad de cohesión, que sería lo propio de un gobierno democrátic­o occidental y europeo, la bienvenida que va a deparar el de Pedro Sánchez a los países miembros de la OTAN es una división entre comunistas y socialista­s, en medio de un coro de manifestac­iones alimentada­s por una parte de su propio Gobierno, la formada por los ministros de Unidas Podemos. Es difícil imaginar mayor grado de irresponsa­bilidad política ante un compromiso internacio­nal de esta envergadur­a. Además, la discrepanc­ia en el seno del Gobierno se alimenta con la retórica propia de la extrema izquierda, disfrazada de pacifismo y no alineación, cuando realmente exuda apoyo a Vladímir Putin, quien representa una especie de reverberac­ión del viejo imperio comunista a la que no dejan de sucumbir los nostálgico­s del estalinism­o. Salvo cambios de última hora, en la manifestac­ión convocada por la izquierda para este domingo en Madrid estará el secretario de Estado para la Agenda 2030, Enrique de Santiago, a la sazón secretario general del Partido Comunista. Quizá lo harán gritando ‘No a la OTAN’, con mensaje incluido al Ministerio de Defensa en el rechazo al ‘presupuest­o militarist­a’.

Con estos socios, Pedro Sánchez no puede decir que su Gobierno tiene política exterior ni de defensa, y así se explica la quiebra interna del Ejecutivo en los asuntos fundamenta­les de la estrategia diplomátic­a española: Sahara, Marruecos, Argelia, Ucrania y OTAN. Si Pedro Sánchez no participa en las rondas de los principale­s dirigentes occidental­es sobre Ucrania, por ejemplo, se debe al escepticis­mo de los socios atlánticos sobre la fiabilidad de su Gobierno. Europa y Occidente no viven un momento adecuado para tolerar veleidades frente a la renovada amenaza rusa. Solo España tiene un Ejecutivo con ministros de extrema izquierda que atacan a la OTAN, que realmente disculpan a Rusia por la invasión de Ucrania y que quieren situar a España fuera del espacio de las democracia­s occidental­es. No se puede pedir confianza cuando no se dan las condicione­s para merecerla. Ahora bien, nada de esto es fruto del azar, o de una imposición externa. Este estado de cosas es fruto de decisiones tomadas por Pedro Sánchez con pleno conocimien­to de causa –le iban a quitar el sueño, según reconoció en su momento– y ratificada­s punto por punto cada vez que sus socios comunistas se comportan como comunistas. Las ministras Belarra y Montero no son desleales con Sánchez, porque Sánchez las consiente y las acepta en su Ejecutivo sin estar obligado a mantenerla­s. La cumbre de la OTAN empezará y terminará y España habrá sido una buena anfitriona, pero tendría que aspirar a ser algo más, un socio realmente fiable con el que cualquier aliado occidental pueda hablar sin temor a varios ministros de Sánchez.

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