Alemania eleva el nivel de alerta por la crisis de suministro de gas causada por Rusia
∑ Berlín reonoce que la situación es grave y advierte de nuevas subidas de precios
Tras reconocer que la medida era inminente, el Gobierno alemán anunció ayer oficialmente que eleva el nivel de alerta por falta de suministro de gas, que queda en el segundo de los tres escalones previstos. El último de ellos obligaría a medidas de racionamiento. El ministro de Economía, Robert Habeck, justificó que la razón es la reducción del suministro de gas por parte de Rusia, que la semana pasada recortó un 60 por ciento sus entregas a través del gasoducto Nord Stream 1, junto a los precios persistentemente altos de esta materia prima.
«La situación es grave», admitió Habeck, «el estrangulamiento de los suministros de gas es un ataque económico contra nosotros». El ministro denunció que la estrategia del presidente ruso, Vladímir Putin, es generar incertidumbre, hacer subir los precios y dividir.
«Estamos en una crisis de gas. Ahora es un bien escaso. Los precios son altos y tenemos que prepararnos para más aumentos, que supondrán una carga extrema para muchas personas y empresarios», advirtió, insistiendo en que la seguridad del suministro sigue garantizada en la actualidad.
La principal prioridad del Gobierno alemán es llenar los tanques de almacenamiento de gas, pues se encuentran a un 56 por ciento de su capacidad total. Este porcentaje es superior al usual por estas fechas, pero en el actual contexto de escasez no es suficiente para garantizar el suministro en los meses de invierno, la parte del año de mayor consumo. Por ello, Habeck busca a toda prisa proveedores alternativos, así como una expansión de las energías renovables.
El Gobierno alemán también decidió recuperar de la reserva las centrales térmicas a base de carbón y el ministro de Finanzas, Christian Lindner, propuso retirar las subvenciones a los coches eléctricos, ya que un 40 por ciento de la electricidad que se consume en Alemania se produce a partir del gas. Son medidas que tardarán meses en surtir efecto. «Nada que hagamos cambiará la situación de un día para otro», admitió Habeck, «pero de un día para pasado mañana, sí debería ser posible».
Según el protocolo, el nuevo nivel de alerta responde «a un deterioro significativo en la situación del suministro de gas». Sin embargo, « el mercado aún puede manejar esta interrupción o demanda», según el ministro.