ABC (Andalucía)

Que el Madrid fiche a Roca Rey

Torero Champions, el peruano arrolla con tres orejas y petición de rabo en la tarde de más abultada taquilla; El Fandi y Manzanares logran un trofeo

- ROARIO PÉREZ

Exploraba Roca Rey nuevos horizontes mientras se alejaba de la orilla. Solo así, olvidándos­e de lo terrenal, se podía torear con tal autoridad, con tal soberbia, bordeando los límites de lo prohibido. Porque hundir de esa manera las plantas, quedarse quieto mientras el tren silba al lado, está al margen de toda ley. Qué manera de torear. Lo suyo lo definió un aficionado en la bocana del 3: «Este es el Real Madrid; el resto, cualquier otro equipo». Un torero Champions que impactó desde el quite mixto con su brutal asiento. Para Manzanares fue el brindis: por él y por su padre. Explosivo el prólogo de rodillas: ni la ‘mascletá’ del mediodía impactó tanto. Por delante y por detrás se pasó a Tallista, con dos pases cambiados por la espalda que provocaron el delirio. La gente se puso en pie con aquella declaració­n de intencione­s. Pero eso solo era el principio. El Jaguar del Perú se abandonó con el de Victoriano del Río, que respondió a medias. En su totalidad lo hizo Roca, que escribió una tanda sobresalie­nte de pasmosa lentitud. Con el cuchillo entre los dientes, se leía entre líneas un mensaje a Pablo Aguado, que observaba la faena desde el burladero. «Yo también sé torear despacio», parecía decir Andrés. El cambio de mano firmó una apoteosis, pero por el zurdo no iba igual este animal. A menos el toro y a más el torero, que se entretuvo en otra ronda diestra antes de exhibir un valor de antología en la arrucina. Ni pestañeaba­n los diez mil espectador­es que casi llenaban la plaza: Roca sigue siendo el más taquillero. El tarro de la valentía se derramó completame­nte en las bernadinas. De sobresalto. Respingos pegaba el personal en sus asientos en medio de los gritos de «¡torero, torero!» Una locura. Tanta que hasta aquellos del 7 que declararon su amor a El Fandi se rindieron a la Roca peruana, que cortó dos orejas con fortísima petición de rabo.

Y sí, el tendido 7 quiere a El Fandi. El 7 de Alicante. Una algarabía brotó en el sol desde las dos largas cambiadas al quite por chicuelina­s, con una sentida media arrebujada a la cadera. «Fandi, te quiero más que a mi hijo», desplegaro­n cuando el granadino cogió los palos. En un manicomio se convirtió el coso con ese modo de correr para atrás hasta parar a Soleares, que se movía a una velocidad vertiginos­a. Qué mérito de Fandila, un torero necesario. Solo había que mirar el rostro de los tendidos, prendados con el espectácul­o. Sabían sus ‘fans’ que el arranque de faena sería de hinojos. Y no se equivocaro­n, aunque tuvo que ponerse erguido para intentar dominar la embestida. A partir de entonces decayó la pasión, con el de Cortés pegando cabezazos. Dos molinetes de rodillas y el desplante volvieron a subir la temperatur­a. Los de la fila 4 del 7 ondeaban de nuevo su cartel: más que a su hijo querían a Fandi, que paseó una oreja con petición de otra.

Manzanares gustó a sus paisanos en una pieza fundamenta­lmente diestra al buen Jilguero, con el que empalmó las tandas sin estrechars­e. Solo una vez cogió la zurda antes de sorprender con un pase por la espalda. El pinchazo previo al estoconazo enfrió la petición, pero el palco atendió al vocerío y le otorgó un trofeo. Kilo y medio debía de marcar en la báscula el apéndice, que una joven aficionada guardó en una bolsa. Cualquier día va a pesar más la oreja que el toro en el arrastre.

Tras la merienda, salió uno de Cortés firme candidato al pañuelo verde, pero permaneció en el ruedo y ni la voluntad de David consiguió ahora ‘enfandilar’ a sus partidario­s. O se defendía o se desplomaba este Jabaleño entre la decepción de los que querían al torero más que a su hijo. Un vástago de la corrida anterior de Fuente Ymbro era el quinto –junto al primero–. Aquella escasa presencia se olvidó mientras Manzanares llenaba la escena con su estética mediterrán­ea y con esos hondos pases de pecho como cierre de sus cortitas series. El cañón de su espada falló ahora y todo quedó en saludos.

Nadie se movió de su localidad en el sexto. Era el turno de Roca, que ganó terreno con poderío en el saludo. ¡A pies juntos! Justo de fuerza y casta, poco prometía este Elegido. Pero al limeño eso no le importó y desde la apertura mostró que ha venido a la Fiesta para ser el número uno. Agarrado a las tablas inició, a lo Luis Miguel Dominguín, de cuya vida se empapa en la biografía de Andrés Amorós. Una nueva lección de apabullant­e quietud dictó, toreando de verdad. La estocada desembocó en otro gol blanco. Que el Madrid se deje de Mbappé y fiche a Roca Rey, el torero galáctico.

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// TOROS ALICANTE La figura peruana, en un derechazo de mano baja y asiento al tercero
 ?? // TOROS ALICANTE ?? Roca Rey abandona a hombros el coso alicantino
// TOROS ALICANTE Roca Rey abandona a hombros el coso alicantino

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