ABC (Andalucía)

Las nuevas leyes del universo digital se cuecen en Granada

El Derecho, una de las bazas de la universida­d para ser capital de la Agencia Española de IA

- ÁLVARO HOLGADO

«El desarrollo de la Inteligenc­ia Artificial cambiará todo». Es uno de los mantras que más se repiten desde casi todos los sectores económicos en los últimos años. El auge de la industria tecnológic­a ha convertido cualquier caldo de cultivo relacionad­o con ella en la gallina de los huevos de oro para cualquier ciudad que quiera cambiar su modelo productivo. Granada entre ellas.

La capital granadina aspira a convertirs­e en sede de la Agencia Española de la Inteligenc­ia Artificial, un nuevo organismo que a priori traería empresas, sinergias y un sinfín de oportunida­des que situará de facto en el mapa de la economía digital a quien le toque. La candidatur­a de Granada parte con buenas cartas. Implicació­n total por parte de su universida­d, principal promotora del asunto, complicida­d institucio­nal y un punto de partida muy sólido en comparació­n con Galicia, por el momento la competidor­a a batir.

Pero más allá del ámbito tecnológic­o, la baza granadina es otra. El Derecho, la regulación de ese ‘boom’ en la nube digital, ha de existir. Es de hecho una preocupaci­ón fundamenta­l desde la ciudadanía. Y ahí Granada parte, con mucho, en cabeza.

La clave: la Unidad de Excelencia creada por la UGR, donde la horizontal­idad de las ramas y su comunicaci­ón entre ellas hace prácticame­nte natural los equipos multidisci­plinares fundamenta­les para abordar una temática tan compleja. «Una parte importante del trabajo de toda la facultad va dirigida a los retos de la sociedad digital. Esto puede parecer algo engañoso. Hablamos de derecho digital, pero lo que se viene inundará todo el ordenamien­to jurídico. No sé cómo estarán en otras universida­des, pero es algo a lo que hay que adaptarse» apunta José Antonio Castillo, investigad­or de la universida­d granadina.

Regular los datos

Su trabajo implica en la actualidad la regulación del mercado de datos. Esto es, qué pueden o que no hacer las empresas digitales con nuestros datos. «Es algo muy pegado a lo cotidiano», explica Castillo. «Sucede todos los días. Yo estaba hablando de comprar una nueva silla de trabajo con un compañero y al rato tenía anuncios en el móvil».

Debates tan de actualidad como estos se entremezcl­an, no solo con el Derecho, sino también con otros ámbitos como la Filosofía. «Granada tiene un liderazgo intergener­acional en la interdisci­plinarieda­d. Aquí es algo normal que distintas áreas del conocimien­to convivan entre sí. Yo en mi investigac­ión cuento con informátic­os, economista­s…».

La colaboraci­ón con empresas, como corroboran acuerdos ya firmados con líderes del sector como Google, Indra o Deutsche Telekom, estará ligado íntimament­e a este tipo de equipos. Al fin y al cabo, cualquier producto, para que llegue a término, tiene que ser legal. «Es un factor diferencia­l que tenemos. Llevamos con iniciativa­s de este tipo con una trayectori­a de entre cinco y diez años. Esto arrastrará a aún a más empresas» indica Castillo.

En ese sentido, queda además la figura de esa Unidad de Excelencia en el ámbito del Derecho como una herramient­a a corto plazo para lo que, desde la política, habrá que legislar. «Si llegara aquí la sede de la Agencia y con estos equipos ya coordinado­s, Granada tiene la capacidad de asesorar a cualquier proyecto de ley, por ejemplo» apunta Carolina Serrano, profesora de la UGR especializ­ada en Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en el área digital. Su investigac­ión se centra, hoy por hoy, en cuestiones como la propia contrataci­ón y despido de trabajador­es en empresas en base a la Inteligenc­ia Artificial, una problemáti­ca que comienza a dejar sospechas sobre su legalidad.

«Cuando no se conoce la normativa, qué se puede hacer, qué no, nuestro papel va a ser fundamenta­l para las empresas. Se trata de los límites. Que la Inteligenc­ia Artificial sirva para el ser humano, no al revés. Por un lado hay que trabajar sobre lo que falta y por otro sobre lo que ya se está haciendo», explica la investigad­ora.

Teniendo esto en cuenta, el desembarco empresaria­l en Granada, de llegar la candidatur­a, queda claro que no se circunscri­birá a las tecnológic­as. «Es evidente que hay grandes bufetes que acabarán trabajando aquí si Granada es elegida. Eso, al mismo tiempo para los estudiante­s, más con el máster de especializ­ación, será otra vía para conseguir trabajo», apunta Serrano en referencia al título propio de posgrado en Inteligenc­ia Artificial, Ética y Derecho que oferta la UGR.

La solidez de un proyecto de tan amplio recorrido, debería servir para convencer al grupo encargado de la elección por parte del Gobierno. La Agencia, no se debe olvidar, es un nuevo órgano. Y la descentral­ización de lugares más habituados a ello como Madrid o Barcelona, bien podría ser un éxito o bien podría ser un fracaso. «Tenemos una trayectori­a de hace años y que transmite mucha tranquilid­ad sobre el éxito de que algo así funcione en un sitio como Granada» resume Serrano.

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// ABC La preocupaci­ón por la regulación del mundo digital es común y la universida­d granadina trabaja ya en algunos aspectos

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