Zona catastrófica
Tiene Pedro Sánchez dos opciones para salir a la calle: el burka o un traje de buzo
TRAS su enorme popularidad por ‘Dinastía’, Joan Collins no podía dar dos pasos por la calle, así que un día se le ocurrió ponerse un burka para ir tranquilamente por Londres. Lo contó en un artículo. Como no veía tres en un burro casi la atropella un coche. Hoy, encima, la acusarían de apropiación cultural. Lola Flores, en un programa de ‘La noche del cine español’ dedicado a ella, con entrevistas, con declaraciones de otros y con la proyección de ‘La niña de la venta’, reconoció a Fernando Méndez-Leite que era la artista más popular de España. «Yo me tengo que vestir de buzo para salir a la calle». Sobre política: «He querido el régimen en el que estaba porque no tenía otro. A mí la gente me cae bien o mal. Me cae bien Felipe González. Ahora me hace gracia el señor Boyer, que se ríe un poco más». Aunque su declaración más recordada es una anterior: «A mí me da igual que vengan los rusos o la democracia».
Pedro Sánchez sabe, como Joan Collins y Lola Flores, que no puede salir a la calle. Pero por razones distintas. El miércoles, el presidente del Gobierno visitó la zona devastada por el fuego en la sierra de la Culebra (Zamora). Y un vecino: «Ya hemos perdido la sierra de la Culebra. Ahora queda la de la Demanda. ¡Vete y quémala!». «Lo arreglaremos» (Sánchez). Y el vecino: «¿Arreglarlo? ¿Arreglarlo tú? ¿Tú arreglar?». No es que ese señor represente a España, pero sí a muchos españoles que hace tiempo declararon a Pedro Sánchez zona catastrófica. Vale, lo ha hecho él mismo con sus acciones, omisiones y majaderías 2030. Achatarrando desde su púlpito el sistema político español, las instituciones (que sí, que todos lo consienten). Amigándose y consintiendo todito a sus socios escorpiones. Y menos mal que el PSOE ha votado con PP, VOX y Ciudadano en contra del uso de las lenguas cooficiales en el Congreso. Soy partidaria de las misas en latín y el cura de espaldas, pero qué sinsentido querer babelizar el Congreso.
No sé cómo le caería Pedro Sánchez a Lola Flores, pero podía recomendarle el traje de buzo si se le ocurre salir a la calle.