La derecha navarra se reorganiza a un año de las elecciones pendiente de la relación UPN-PP
► Esparza aplaza la decisión sobre si renovar Navarra Suma mientras que el PP da esa coalición por amortizada ► Las distintas encuestas coinciden en que UPN será la fuerza más votada
El puzle político de Navarra promete ser el más complicado de encajar tras las elecciones autonómicas de 2023. Unión del Pueblo Navarro (UPN) fue la lista más votada en el año 2015, y la coalición Navarra Suma (UPN, PP y Ciudadanos) volvió a imponerse en votos en el año 2019. Sin embargo, un cuatripartito liderado por la nacionalista Uxue Barkos primero y un pentapartito que nombró presidenta a la socialista María Chivite después (y que contaba con el apoyo externo de Bildu) dejaron a la derecha navarra con una sensación de victoria agridulce.
El próximo mes de mayo todo apunta a que los regionalistas de centroderecha de UPN volverán a ser la opción más votada. Así lo confirman todas las encuestas que se han dado a conocer en las últimas semanas, cuando queda exactamente un año para que los navarros decidan la nueva composición de su parlamento autonómico. Lo que no está tan claro, sin embargo, es si la diferencia del bloque de centro-derecha será suficiente para recuperar el Gobierno.
«Cocina socialista»
La encuesta más polémica, sin duda, ha sido la que dio a conocer la propia presidenta Chivite a finales de mayo durante una reunión del comité regional de su partido. Según dicho sondeo interno, que había contemplado una muestra de 1.201 entrevistados, UPN sería el partido más votado, aunque solo lograría 14 escaños. Unidos a los dos o tres del PP, la derecha navarra alcanzaría los 17 escaños, tres menos de los que tiene ahora. Frente a ellos, el PSN subiría tres escaños hasta los
Una de las claves del éxito del centro-derecha navarro pasa por la reedición de Navarra Suma, decisión que aún no está clara
13, lo que otorgaría, según esta encuesta interna que solo conocemos por boca de la presidenta navarra, la mayoría a los socios de gobierno.
Sin embargo, Javier Esparza, presidente de UPN, acusaba a Chivite pocos días después de haber aplicado a los datos una evidente «cocina socialista» que había disgregado la coalición Navarra Suma para presentar los apoyos de cada partido por separado. Esparza aseguró entonces que su partido contaba con unos sondeos muy diferentes. El trabajo de campo lo había elaborado la misma empresa que hizo la encuesta del PSN, pero en su interpretación dibujaban un escenario completamente diferente. Según dicho análisis, que consideraba como un único bloque los partidos que integran Navarra Suma, el centro-derecha navarro no solo ganaría las elecciones, sino que obtendría 17 escaños, lo que implicaría una ventaja de siete escaños frente al PSN.
El sondeo EITB Focus, elaborado por la televisión autonómica vasca, que también ha tomado en consideración para su análisis los partidos que forman Navarra Suma como un bloque, pronostica, exactamente, ese mismo resultado: 17 escaños. Sin embargo, la encuesta apunta a que a pesar de volver a ganar las elecciones, el centro-derecha obtendría cuatro puntos menos en intención de voto y perdería tres de los representantes con los que cuenta ahora en el Parlamento.
A la vista de las encuestas, no cabe duda de que el centro-derecha navarro tiene todo lo necesario para repetir como fuerza más votada. Aunque una de las claves para poder maximizar ese resultado de cara a una investidura pasará por la reedición de la coalición Navarra Suma, una decisión que los partidos implicados aún no han tomado.
En conversación con ABC, Javier Esparza reconoce que se trata de un proyecto en el que UPN ha podido trabajar «de forma muy positiva». Sin embargo, explica que la decisión final se tomará más adelante, «cuando corresponda», y siempre después de analizarlo con los afiliados.
Ana Beltrán, presidenta del PP navarro, confirma que la decisión de repetir se tomará más adelante aunque no escatima en elogios al describir los beneficios aportados por la coalición. No obstante, fuentes del PP aseguran a ABC que la fórmula no tiene futuro y que la solución pasa por recuperar las buenas relaciones entre UPN y el PP. Tampoco está claro quién será el próximo presidente del partido en Navarra, dado que aún está pendiente la celebración de un congreso en los próximos meses.
A la derecha de la coalición, la otra gran incógnita es cuál será el resultado que obtenga Vox. El sondeo de EITB le otorga hasta dos parlamentarios. Sin embargo, se trata de una estimación excesivamente optimista para muchos. Esparza asegura que, según sus proyecciones internas, no alcanzaría el mínimo necesario para entrar en el Parlamento.
A ese panorama complejo hay que añadir, además, la irrupción de una nueva plataforma política liderada por Sergio Sayas y Carlos García Adanero, los dos diputados suspendidos de militancia en UPN por saltarse la disciplina de voto y rechazar la reforma laboral en el Congreso. Adanero reconoce a ABC que la presentación de la plataforma resultó «ilusionante», y que en ella la sala del hotel Tres Reyes de Pamplona se quedó pequeña para albergar a todo el público que quería entrar.
Sin embargo, Sayas y Adanero insisten en que únicamente se trata de una plataforma política, un proyecto, y que todavía no saben si finalmente derivará en una candidatura más en los próximos comicios autonómicos. Adanero explica que su intención es lanzar el mensaje de que el centro-derecha no debería «darse por vencido» y que debe aspirar a gobernar y no solo a «sustituir a Bildu» como apoyo a un gobierno socialista.
Aunque es difícil saber cuánto voto acumula este proyecto, ya que ninguna encuesta lo ha tomado en consideración, fuentes de UPN aseguran que apenas acumularía una intención de voto del 0,3%, muy lejos del 3% míni
mo necesario para obtener el primer parlamentario. «Cualquiera que conozca esta tierra sabe que no hay espacio para más partidos», zanjan.
Mientras el centro-derecha navarro se organiza, todos los partidos miran con una mezcla de incertidumbre y preocupación el incremento de intención de voto que está experimentando EH Bildu. «Es consecuencia del blanqueo que ha hecho el PSN», repiten al unísono los políticos conservadores. La presidenta del PP navarro, Ana Beltrán, recuerda, además, que fue en Navarra donde se cerró el primer acuerdo con Bildu y donde empezó la nueva hoja de ruta de la izquierda ‘abertzale’ para presentarse como un partido institucional.
De hecho, es la fuerza que mayor incremento de votos experimenta en todas las encuestas conocidas hasta ahora. Se ha consolidado como tercera fuerza política y va camino de arrebatarle el segundo puesto a los socialistas. «Llevamos ocho años donde las decisiones importantes las ha tomado Bildu», lamenta Esparza. Beltrán cree que ese apoyo independentista ha hecho que Navarra haya «perdido influencia nacional» y haya dejado de ser una comunidad «envidiada y atractiva para las empresas». La estrategia que finalmente adopte el centro-derecha podría ser, por tanto, la clave para neutralizar la influencia ‘abertzale’ en el territorio.