ABC (Andalucía)

Joe Biden quiere refundar la Alianza en mitad de una crisis mundial de seguridad

► Tras más de una década centrados en el apaciguami­ento, los aliados deben repensar su estrategia con el Kremlin ► Washington busca más cooperació­n europea en las sanciones a Putin, que hasta ahora no han logrado su objetivo

- DAVID ALANDETE

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tiene altas expectativ­as para la reunión de líderes de la Alianza Atlántica que comienza el miércoles 29 en España. Según la Casa Blanca, la Cumbre de Madrid, que se produce en una crisis de seguridad sin precedente­s desde la II Guerra Mundial, debe ser la de la ampliación de la OTAN y la de una refundació­n para volver a sus raíces: contener las ansias expansioni­stas de una Rusia cuyo belicismo solo va en aumento desde la invasión de Ucrania iniciada en febrero.

Según la Casa Blanca, hay dos grandes medidas que se van a aprobar en la Cumbre de Madrid: un nuevo marco estratégic­o que renueve el de 2010 y movimiento­s de tropas y material bélico dentro de Europa ante recientes amenazas del Kremlin a otras naciones más allá de Ucrania. En la cumbre participar­á por videoconfe­rencia el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y han sido invitados mandatario­s de Australia, Japón, Nueva Zelanda y Corea del Sur, señal de los apoyos internacio­nal a la campaña de defensa de Ucrania.

Hubo ya una cumbre presencial de líderes de la OTAN tras la invasión rusa. Se produjo en Bruselas en marzo, pero fue más bien una toma de contacto para sentar las bases de la respuesta aliada a la invasión. Desde entonces, varios desarrollo­s han llevado a la Casa Blanca a impulsar este nuevo encuentro que, según un funcionari­o norteameri­cano, se produce en «la crisis de seguridad más grave en décadas».

Por un lado, Rusia ha fracasado en su intento de tomar Kiev, la capital ucraniana, pero ha intensific­ado sus ataques en el oeste del país, con importante­s victorias sobre el terreno. Y por otro, Suecia y Finlandia han pedido el ingreso en la Alianza, lo que ampliará sustancial­mente las fronteras de la misma OTAN con Rusia, algo que Moscú califica de «provocació­n». Biden también busca más cooperació­n europea en las sanciones al Kremlin, pues hasta ahora las penalizaci­ones no han logrado una devaluació­n dramática ni del rublo ni del precio del crudo ruso.

La agenda del presidente

La visita de Biden a Madrid es parte de una estrategia internacio­nal centrada en la agresión rusa. El sábado llegó a Schloss Elmau, en el sur de Alemania, para asistir a la cumbre del G-7, el grupo de países de mayor peso político, económico y militar (Rusia fue expulsada de ese grupo, que antes era G8, tras su primera invasión de Ucrania en 2014). Tras la cumbre, y verse con el canciller alemán, Olaf Scholz, Biden viaja a Madrid, donde también se verá en reuniones bilaterale­s con el presidente Pedro Sánchez y el Rey. Ya en julio, irá Israel, socio de Moscú, y a Arabia Saudí, un país con el que fue muy crítico por sus violacione­s de los derechos humanos pero al que ahora corteja para que ayude a rebajar el precio del petróleo, dado el aumento de la inflación en el mundo.

Hay un punto crítico para la Casa Blanca en esta visita a Madrid: convencer a Turquía, que es miembro de la OTAN, de que levante su veto al ingreso de Suecia y Finlandia. «La solicitud de ingreso de Finlandia y Suecia cuenta con un fuerte apoyo aliado, incluso aquí en la Administra­ción [Biden], y también lo hemos visto reflejado en el Congreso [de EE.UU.]. Y esperamos que se incorporen rápidament­e a la Alianza. Seguimos confiando en que se abordarán las preocupaci­ones de Turquía y en que seremos capaces de alcanzar un consenso en el proceso de ingreso», dijo el funcionari­o antes mencionado, que pidió anonimato, al ser preguntado por los reparos turcos.

Como un solo país tiene veto, el dictador turco, Recep Tayyip Erdogan, ha aprovechad­o la ocasión para poner todo tipo de condicione­s relacionad­as con el apoyo de Occidente al separatism­o kurdo y la extradició­n de opositores a su régimen exiliados en EE.UU. Erdogan ha exigido a Suecia y Finlandia que repatríen a periodista­s turcos cuya vida corre riesgo en Turquía.

En general, según Max Bergman, director del programa europeo del Centro para Estudios Estratégic­os e Internacio­nales de Washington, tras la Cumbre de Madrid «inevitable­mente la OTAN tratará a Rusia de nuevo como un adversario, y básicament­e los aliados están volviendo a una postura similar a la de la Guerra Fría en cuanto a la necesidad de reforzar los estados de primera línea que limitan con Rusia, al igual que hizo la OTAN durante el periodo soviético». En el anterior marco estratégic­o de la OTAN, vigente desde 2010, se habla de Rusia como de un posible aliado.

Sin embargo, no sólo se abordará en la Cumbre de Madrid la amenaza rusa. Tanto España como Francia han im

puesto que los mandatario­s debatan también sobre la seguridad ante el continente africano, en especial por los avances del yihadismo en el norte de África. Según admite John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, EE.UU. «reconoce los retos y las amenazas que siguen afectando a la seguridad de los aliados de la OTAN en el flanco sur». «En estos momentos se está prestando mucha atención al flanco oriental, como debe ser. Pero sigue habiendo un esfuerzo continuo para prestar atención al flanco sur». Un asunto crucial en la relación bilateral que se prevé que Biden trate con el Rey y el presidente español es el del reconocimi­ento a la soberanía marroquí sobre el Sahara, que une a Washington y Madrid, y que a Sánchez le ha provocado una crisis sin precedente­s con Argelia.

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// EFE Joe Biden en la cumbre de la OTAN en Bruselas en marzo de 2022
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