Alivio con el petróleo
El laberinto en el que se ha adentrado el mercado tiene una salida más o menos obvia que, lo mejor de todo, se está empezando a atisbar. La espiral inflacionista en la que estamos inmersos tiene salida en un plazo razonablemente corto si las materias primas empiezan a corregir. Y eso es precisamente lo que está pasando. Contra lo que se pueda pensar, el precio de muchas materias primas está cayendo en los últimos meses aunque la subida del petróleo y, sobre todo el gas, ha dejado estas caídas en un segundo plano. El mineral de hierro, el acero y demás metales industriales han corregido mucho desde los máximos del año pasado. El menor crecimiento chino de la mano del pinchazo de su burbuja inmobiliaria ha supuesto un importante alivio en los precios de muchos materiales. A esto hay que sumar la menor presión en los precios de los bienes de consumo por la caída de la demanda tras dos años de crecimiento vertiginoso que ya se está empezando a ver en el precio de los fletes.
El petróleo y el gas de momento están a otra cosa, pero el crudo primero y, probablemente luego el gas si no se rompe nada, deberían seguir el camino del resto de las materias primas. En el caso del ‘oro negro’ importa recordar que no se ha producido caída de la oferta.
Las sanciones han hecho que reordenen los flujos, pero las lógicas de oferta y demanda que siguen siendo las mismas deberían, como últimamente parece, llevar el precio a donde estaba antes de que comenzará la invasión de Ucrania.
El gas es otra historia porque todo pasa por lo que pueda hacer
Putin y eso no es para nada fácil de anticipar. Puede como parece que todo se complique de cara al invierno. O, por el contrario, una eventual tregua para dar salida al trigo que se almacena en los puertos ucranianos podría ser el principio de algo de más alcance que se traduzca en una rápida corrección del precio de estas dos importantes materias primas.
En cualquier caso, la clave sigue siendo el petróleo porque el peso del gas en la formación de los precios es muy poco. Si como parece el mercado se termina reajustando más rápido de lo previsto, el alivio en los precios lo vamos a ver muy pronto. Basta con que deje de subir. Y tras los máximos de 140 dólares que vimos nada más empezar la guerra, con sus idas y venidas, el precio del barril se ha mantenido en torno a los 110 dólares, nivel más que llevadero.
El alivio de los precios es la puerta de salida del laberinto en el que ahora estamos. Las señales son buenas. Y aunque la incertidumbre se alta, este es el escenario más probable.