La deuda obliga a la Diócesis de Almería a vender o alquilar activos
En 2022 tendrá que pagar 1,8 millones de euros para amortizar préstamos
Inversiones en patrimonio, apoyo a parroquias, gastos de obras y salarios de personal entre enero de 2010 y diciembre de 2021 han llevado a la Diócesis de Almería a una situación económico-financiera asfixiante. La deuda asciende a 28,6 millones de euros y se propone un plan de acción en el que se recomienda un programa de desinversión en activos o rentabilizarlos vía alquiler para evitar la pérdida de patrimonio.
El Obispado de Almería tiene que realizar una reestructuración del gasto actual, mediante el control exhaustivo del mismo y una revitalización de los ingresos en la organización, tal y como han trasladado públicamente los técnicos que han elaborado las conclusiones del diagnóstico financiero que ha realizado la consultora Deloitte a petición de la Conferencia Episcopal.
La caja de la organización en la provincia apenas llega a 0,9 millones de euros, y la deuda con entidades financieras obliga a que este ejercicio se liquide 1,8 millones para amortización de capital e intereses de los préstamos con Santander y Unicaja. El futuro de la diócesis almeriense está hipotecado hasta 2051 fecha en la que, si abonan todos los pagos, se saldarían los débitos.
Hace casi un año que saltaban las alarmas con la llegada de un obispo coadjutor para tratar de «arreglar las cuentas». Antonio Gómez Cantero no dudó ante el gran reto que le propusieron a pesar de heredar las deudas de su antecesor Adolfo González Montes. Sobre el origen de la deuda acumulada señalan que ha sido generada, «principalmente, debido a las inversiones llevadas a cabo en los activos del Obispado que se llevan 12,6 millones de euros.
Auditoría
El apoyo de parroquias con necesidades de caja ha supuesto un déficit de 4,7 millones de euros. Mientras, según remarca la diócesis «cubrir las necesidades operativas de caja por incrementos de determinados gastos corrientes como reparaciones y mantenimiento y los gastos por retribución al personal seglar» han ascendido «en el período analizado» a 6,3 y 11,1 millones de euros, respectivamente.
La auditoría concreta que la deuda indirecta con entidades financieras corresponde a deuda de diversas parroquias garantizada por el Obispado y «que, en su mayoría, ya está siendo asumida». El desglose señala que 23,9 millones se corresponden con deuda directa, hasta 18 millones de euros, e indirecta, 5,9 millones de euros, con entidades financieras mientras que el resto, unos 4,7 millones, se corresponde con otros pasivos financieros.
La diócesis almeriense ha constituido ya la comisión de asesoramiento técnico del plan de viabilidad, aportar propuestas, impulsar y realizar un seguimiento. Este grupo estará durante un periodo de dos años y está conformado por el economista y exconsejero de Gobernación de la Generalitat de Cataluña, Xavier Pomés i Abella, el director de compras de la Conferencia Episcopal, Martín Casero y el empresario cordobés, Antonio Gil Martínez.
González Montes fue cesado de forma inesperada por decreto del Papa Francisco en mayo de 2021, sin más explicación que la decisión se había realizado para «proveer el Gobierno de la Iglesia de Almería, teniendo presentes las circunstancias peculiares». Esas singularidades a las que hacía mención el escrito aludían claramente a las inversiones fallidas y gastos opulentos que se habrían realizado en los últimos años.
El informe de la consultora Deloitte cifra la deuda en 28,6 millones de euros, una cifra que hipoteca a la Diócesis hasta el año 2051