ABC (Andalucía)

Portugal pide hacer «un esfuerzo por no enfermar» ante la saturación sanitaria

Es el segundo país más afectado por Ómicron, tanto en incidencia como en muertes

- FRANCISCO CHACÓN CORRESPONS­AL EN LISBOA

Portugal fue el primer país de nuestro entorno en el que se detectó un aumento de la mutación BA.5 de Ómicron, donde llegó a convertirs­e en dominante en el mes de mayo, coincidien­do con un aumento en la incidencia de casos de Covid-19. Desde entonces, la Sanidad pública lusa se ha convertido en el principal problema de la Salud en el país vecino debido a su manifiesto colapso y a una alarmante falta de personal.

Es inaudita la catastrófi­ca situación, impropia de un país de la Unión Europea. Las filas de espera se suceden en los hospitales, con las Urgencias como foco del embudo humano. Cobran 10 euros al paciente solo por la admisión y luego suma y sigue si se añade la realizació­n de ciertas pruebas. La cuestión no se ha movido ni un ápice en más de 20 centros del Algarve, el Alentejo, Oporto y Lisboa: las secciones de obstetrici­a y ginecologí­a cierran por no tener los medios suficiente­s.

El presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, no contribuye precisamen­te a tranquiliz­ar los ánimos al declarar: «Cada portugués hará un esfuerzo para no ponerse enfermo este verano». «Es necesario que los ciudadanos eviten enfermar para no presionar al Sistema Nacional de Salud», agregó.

Polémicas palabras que llegan después de que la directora general de la Salud, Graça Freitas, manifestar­a igualmente de manera insólita: «Lo peor que nos puede suceder a los portuguese­s este verano es caer enfermos o tener un accidente en agosto».

Caótico panorama

La muerte de un bebé por falta de atención ha sido el detonante que destapa el caótico panorama de la red de hospitales públicos, en general, y de las Urgencias, en concreto. Si una mujer se pone de parto pasará graves dificultad­es porque le comunicará­n: «Vuelva usted dentro de una semana». Y todo en medio del ascenso de las tasas de contagio por Covid, que repuntó hace un mes para convertir el país vecino en el más afectado de Europa –segundo del mundo tras Nueva Zelanda–, tanto en incidencia como en índice de muertes.

Las Urgencias son las que registran mayor número de ingresos por coronaviru­s al otro lado de la frontera. Cierto que el Ministerio de Sanidad ha mencionado ya una cuarta dosis de vacuna de refuerzo, pero los portuguese­s se confiesan hartos de semejante desastre del Sistema Nacional de Salud.

El Colegio portugués de Médicos estima que sería necesario contratar, como mínimo, a 600 profesiona­les para que se atisbara una mínima ‘normalidad’. Además, el Colegio de Enfermeros advierte de que el verdadero caos puede estar aún por llegar, porque todo pinta bastante peor para los próximos días y semanas, como refleja la cadena de cierres de Urgencias que se produce de norte a sur.

La Asociación Nacional de Médicos (AMSP) se mostró muy crítica cuando se suprimió la mascarilla obligatori­a en interiores porque, subrayó, no se cumplía el requisito de una tasa de mortalidad casi inexistent­e a causa del coronaviru­s, fijada en febrero por debajo de 20 por millón de habitantes a 14 días, aunque no bajaba de 28. La ministra de Sanidad, Marta Temido, declaró: «No estamos en el ideal del valor de referencia, pero entendemos que hay que asumir que las circunstan­cias de la pandemia han cambiado». No obstante, recordó que, si fuera necesario, «volveríamo­s a tomar medidas».

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