Poli único
Tras la Cumbre de la OTAN, Sánchez se ha dado cuenta de que puede hacer él mismo tanto de poli bueno, como de poli malo, y que no necesita a nadie
EL penúltimo día del año 2019, Pedro Sánchez cayó en la cuenta de que gobernar con los comunistas-vintage-tuneados, no sólo no le iba a quitar el sueño, sino que le ayudaría a dormir sin sobresaltos. A partir de entonces, y una vez que el Gobierno social-comunista comenzaba a andar y a asombrarnos, asistimos a la vieja representación del poli bueno y del poli malo. Los de Podemos hacían de polis malos y, ante el espanto de algunas de sus propuestas, llegaba Pedro Sánchez, el poli bueno, y las desflecaba, las diluía, o las achicaba, pero la barbaridad salía adelante en muchas ocasiones, con lo que el disparate a medias se aceptaba como una especie de mal menor, y Pedro Sánchez interpretaba, con grandes dotes, el papel de sensato y bondadoso. Algunas veces, en tonterías contemporáneas de escaso calado, como cuando el ministro de Consumo nos advirtió que debíamos dejar de comer carne, salía el poli bueno y presumía de que él, más que de chuletas, era de chuletón.
En algunas ocasiones, el poli bueno incluso ponía cara de asco, pero se resignaba a que el poli malo se saliera con alguna de las suyas, mostrando esa especie de resignación que tanto se admira entre los cristianos, incluso fuera de la Semana Santa.
Siempre sospeché que a Sánchez las propuestas de Podemos no le inmutaban demasiado, y que sólo se oponía a ellas, cuando proyectaban un rechazo peligroso en la adormecida población civil, o bien, podían ser causa de un desastre económico evidente.
Tras la cumbre de la OTAN, fortalecido por no tener ya que corretear al lado de Biden, se ha dado cuenta de que puede hacer él mismo tanto de poli bueno, como de poli malo, y que no necesita a nadie. En apenas unas horas de diferencia, puede ser el partidario de subir el gasto en Defensa y pactarlo con el PP y, a continuación, señalar la podredumbre del PP y el asco que le suscita. Él, y sólo él, es el yin y el yan, la cara y la cruz. Es el Poli Único. Y pacta con quien sea, y quien sea puede elegir la cara de Jano que prefiera. Sin problemas. Los problemas los tenemos los demás.