Evitar la tercera guerra mundial
No es la confrontación militar lo que Putin teme. Es la confrontación política. La batalla ideológica. La democracia, en suma
¿Se puede negociar con Putin? Sí, siempre que aceptes sus reglas, que son la mar de sencillas: tiras una moneda al aire, si sale cara gana él y si sale cruz, pierdes tú. Aunque no es el inventor de la fórmula: todas las grandes potencias la usaron en un momento u otro. Algunas con perfidia, como los ingleses que, al prohibirles el emperador chino el tráfico del opio, despacharon unas cañoneras para bombardear sus ciudades costeras. ¡Esos sí que eran argumentos! Claro que ocurrió en el siglo XIX y estamos en el XXI.
Aunque tampoco se diferencia mucho de lo que están haciendo los rusos en Ucracia sin respetar escuelas, hospitales, teatros, centros comerciales y bloques de viviendas. Pero al grano: ¿cómo evitar que la guerra de Ucrania se convierta en mundial, como ocurrió en la primera y segunda europeas con episodios puntuales como Sarajevo y Danzig? O, para ser más precisos: ¿Cómo alcanzar un compromiso con alguien que no tiene que rendir cuenta de sus decisiones a nadie, por dolorosos que sean y posee un arsenal capaz de arrasar no ya Europa sino el mundo entero? Aunque debo hacer una advertencia: no es la confrontación militar lo que Putin teme. Es la confrontación política. La batalla ideológica. La democracia, en suma. Si necesita rodearse de una franja de estados satélites que no pertenezcan a la Comunidad Europea o instituciones similares occidentales, es por saber que más pronto que tarde querrán pertenecer a ellas, como ocurrió tras caer el Muro berlinés.
A los chinos no les tiene tanto miedo, pese a su potencial económico, demográfico y militar, por ser tan comunistas como él, aunque ellos no buscan conquistar Occidente, sino comprarlo. De entrada, tienen tanta deuda norteamericana que, si quisieran, podrían provocar la bancarrota de Estados Unidos. Pero esta es otra historia. ¿O es la de siempre? ¿Por qué combatir a quienes no respetan los derechos humanos? La respuesta es: porque entonces los que estarían en peligro serían los nuestros.