Estado general
‘¿Compraría usted un coche usado a Pedro Sánchez?’. Este podría ser el lema de la próxima campaña electoral de Alberto Núñez Feijóo
Y Aque ABC les informó ayer de que Pedro Sánchez sacaría el aumento del gasto de Defensa pese a las objeciones de sus socios de Unidas Podemos, demostrando que los considera monaguillos que seguirán apoyándole por la cuenta que les tiene, prefiero compartir con ustedes la impresión de que no sólo la mayoría de los españoles, sino también la de nuestros vecinos europeos, viven un momento tan nuevo como alarmante. Visto que la pandemia del Covid-19 reaparece en su séptima edición, que lo de la guerra de Ucrania llega a su sexto mes sin resolverse y que los expertos discuten si la economía va derecha al trastazo o a las nubes, han decidido adelantar sus vacaciones veraniegas, no sea que volvamos al confinamiento, a la guerra o a estar a dos velas. Y que me quiten lo bailado. Así tienen ustedes de atestadas las estaciones, autovías y aeropuertos.
Los gobiernos, instituciones internacionales y expertos han contribuido a crear este estado de alarma sin declarar con su comportamiento errático. Ahí tienen ustedes a la Comisión Europea, repartiendo millones de euros al mismo tiempo que pide cuidar el gasto. A los bancos centrales advirtiendo que dejarán de prestar dinero gratis, pero el año que viene, no este. A los gobiernos haciendo ambas cosas a la vez, con lo que obtienen resultados contradictorios, como disminuir el desempleo y aumentar la inflación, aunque lo que se gana con aquel se pierde con este. El nuestro se ha licenciado en este tipo de marrullerías.
La última merece un doctorado: descubrir el contrato indefinido-intermitente. Ya existía, pero ahora quiere convertírsele en eje y tabla de salvación de la actividad laboral. Incluso un lego en cuestiones económicas, como yo, se da cuenta del equívoco conceptual: si es indefinido, esto es, sin fin, no puede ser intermitente, o sea, interrumpirse de tanto en tanto. Pero es la especialidad de un Gobierno que nació en la mentira, se mantiene en la antítesis y termina en la paradoja, que como saben en griego significa ‘más allá de la verdad’, aunque en este caso es ‘fuera de la verdad’. Como su campaña para hacerse con los organismos independientes que controlan la democracia.
‘¿Compraría usted un coche usado a Pedro Sánchez?’. Este podría ser el lema de la próxima campaña electoral de Alberto Núñez Feijóo, como fue el de John Fitzgerald Kennedy frente a Richard Nixon. Nunca pretendí ser portavoz de mis compatriotas, pero visto que hasta el diario ‘El País’ le pone por delante de Pedro Sánchez en escaños y en votos, me atrevo a decir que funcionaría. Aunque también es verdad que los norteamericanos votaron a Donald Trump. Pero luego le echaron.