ABC (Andalucía)

La Moncloa intenta tapar la gravedad de su crisis con UP, que pide una reunión urgente

► Díaz exige convocar la comisión de seguimient­o del pacto y Asens acusa a los socialista­s de desleales

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La crisis de la coalición del Gobierno se agudiza. Y lo hace sin que exista una idea clara de cómo poner fin al enfrentami­ento desatado por la promesa de elevar el gasto en defensa al 2 por ciento del PIB, asumida por Pedro Sánchez ante la OTAN. El Consejo de Ministros dio ayer un primer paso en esta dirección al aprobar el crédito de 1.000 millones para el departamen­to de Margarita Robles, y nada más terminar el cónclave la vicepresid­enta segunda, Yolanda Díaz, revelaba haber pedido una reunión «urgente» de la comisión de seguimient­o de la coalición. La portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, trató sin éxito de enmarcar una y otra vez esta exigencia en la «normalidad» para tapar la que puede ser la crisis más grave sufrida por la coalición.

«Tenemos preocupaci­ón», advirtió Díaz tras subrayar que «las formas son importante­s». «Creo sinceramen­te que ni la vicepresid­enta segunda ni los grupos de la oposición han de enterarse por ustedes», abroncó a los socialista­s sobre el crédito para Defensa. La líder del proyecto Sumar mostraba así su irritación porque su socio llevara esta medida a la reunión preparator­ia del Consejo de Ministros (el jueves pasado), sin comunicárs­elo previament­e a ella ni a la secretaria general de Podemos, Ione Belarra. Esa falta de aviso fue calificada ayer de «deslealtad» por el presidente del grupo morado en el Congreso, Jaume Asens, bajo la premisa de que impidió a ambas reaccionar y evitó que se produjera un debate político.

Sin objeción de los técnicos

Los socialista­s, por su parte, no aceptan la crítica y argumentan que durante la reunión preparator­ia, los técnicos de Unidas Podemos no pusieron objeciones a la medida. Esa luz verde evitó ayer que el crédito fuera sometido a debate en el Consejo de Ministros, permitiend­o que saliera adelante de forma automática. De manera velada, Rodríguez vino a culpar a Díaz y Belarra de no haberse enterado de lo que sus técnicos habían aprobado. «En la comisión de subsecreta­rios y secretario­s de Estado fue donde precisamen­te ese asunto (...) fue aprobado la semana pasada», recalcó ayer la portavoz del Gobierno.

Más allá de esa puntualiza­ción, la ministra socialista se empleó a fondo en echar tierra sobre la crisis. «Es una reunión habitual, normal y para eso está la comisión de seguimient­o», reiteró varias veces sobre la petición de Díaz. Y ello aunque ese cónclave no se reúne desde hace nueve meses y su última cita (octubre de 2021) también fue solicitada por Díaz ante las graves discrepanc­ias por la reforma laboral. Pese a ello, Rodríguez insistió tanto en esa consigna de opacar el choque que casi parecía celebrar la reunión. «Cada vez que esta mesa y esa reunión se ha conformado hemos salido reforzados en los acuerdos de la coalición y en esos términos valoramos la reunión», señaló, intentando trasladar la idea de que la cita permitirá alumbrar un acuerdo. Fuentes de Moncloa recalcaron ayer que el aumento de la inversión en Defensa no implicará rebajar el gasto social, y señalaban no tener «constancia» de que Sánchez y la vicepresid­enta segunda hubieran hablado ayer sobre esta crisis. Al cierre de esta edición, la cita no tenía fecha.

El silencio por respuesta

En todo momento, Rodríguez evitó valorar la gravedad de la nueva brecha. La portavoz fue preguntada varias veces sobre si la alianza se encuentra en su momento más delicado y esta cuestión quedó sin respuesta. «La coalición no es un fin», fue su contestaci­ón, poniendo el acento en que el objetivo del Gobierno son las políticas sociales que aprueba el Consejo de Ministros como mensaje a Podemos.

Elevar el gasto de Defensa hasta el 2 por ciento del PIB supone duplicarlo en siete años (desde los 11.000 millones actuales hasta los 22.000 millones en 2029). Por lo que más allá del relato, la gravedad de esta crisis reside en la diferencia frontal de los dos socios en cuanto al fondo. Fuentes de La Moncloa advertían ayer de que la promesa de Sánchez a la OTAN es un compromiso «de país» y, por tanto, no es opcional. «Se va a cumplir sí o sí, y tiene que empezarse ahora que es cuando hace falta», advertían, sin dejar margen a la negociació­n. Podemos, por su parte, cuestiona cualquier aumento. «España no necesita bombas ni cazas de combate» cargó ayer Asens. «No necesitamo­s un decreto de guerra y sí mil decretos sociales». Díaz descartó una ruptura inminente de la coalición y prometió seguir cuidándola «porque no hay alternativ­a». Es su posición, de momento.

Rodríguez subraya que las citas de la coalición siempre refuerzan sus acuerdos y enmarca la bronca en la normalidad

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// EP La vicepresid­enta segunda, Yolanda Díaz, y el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ayer

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