Más de 1.300 hectáreas arrasadas en Venta del Moro por un incendio forestal «complejo»
Los efectivos luchan para evitar que las llamas alcancen un paraje natural
El incendio declarado el pasado domingo en Venta del Moro –en el límite de las provincias de Valencia y Cuenca– había carbonizado hasta ayer 1.300 hectáreas, con el extenso operativo centrado en evitar que el fuego, provocado por un rayo, alcanzara el paraje natural de las Hoces del Cabriel. Hasta 500 efectivos trabajan sin descanso en la zona para que las llamas, avivadas por el viento cuando se empezaban a estabilizar, no avancen más allá del umbral del entorno protegido. Para ello los 300 bomberos del Consorcio Provincial y la Generalitat Valenciana, con apoyo de personal de Castilla-La Mancha, y 237 miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME) trabajan en levantar grandes cortafuegos con maquinaria pesada.
El operativo lo completan, además, treinta medios aéreos, entre los propios del Gobierno autonómico, los castellanomanchegos y los facilitados por el Estado. Tanto estos últimos como los terrestres se vieron obligados a retirarse ayer por la tarde por la intensa tormenta con lluvia y aparato eléctrico que cayó sobre la zona. Una veintena de agentes de la Guardia Civil controlan, al mismo tiempo, las carreteras y los núcleos urbanos de alrededor.
La noche del lunes fue muy complicada y la de ayer no se antojaba halagüeña por las condiciones meteorológicas adversas que se preveían, con viento de poniente. La consejera de Justicia, Gabriela Bravo, destacó la «gran complejidad» del siniestro por la orografía –con rampas del 30 y 40%–, pues la zona de perímetro es de 40 kilómetros, con mucha masa forestal y área de barranco. La presencia de pinos de gran altura y envergadura también complica la intervención del personal de extinción. De hecho, se está usando maquinaria para facilitar el acceso a determinados puntos.
De momento, y pese a que algunas personas decidieron abandonar sus casas voluntariamente el lunes, solo ha sido necesario evacuar tres fincas utilizadas como almacén agrícola y se trabaja para que el fuego no afecte a una explotación ganadera de cerdos. En ese sentido, se ha preferido perimetrar la zona para que las llamas no alcancen este espacio por el riesgo que supondría trasladar a los animales.
La oposición pide cuentas
Bravo ha solicitado comparecer en las Cortes Valencianas para informar de las actuaciones realizadas, después de que PP y Ciudadanos hayan reclamado a la consejera socialista y a la titular de Agricultura, Mireia Mollà (Compromís), que den cuenta de la situación. Los populares advirtieron ayer de que «parece que las unidades de bomberos forestales no estaban dotadas al cien por cien», mientras los naranjas exigieron «responsabilidad política» y más prevención.