Vendimia de invierno, el vino canario que lleva la contraria
► La antigua bodega El Grifo, de Lanzarote, ha revertido el ciclo de la viña en respuesta al calentamiento global
En la mayor parte de las más de 960.000 hectáreas de viñedo que alberga España, si las cosas han ido bien, por estas fechas las plantas asoman sus racimos preñados, alimentando silenciosamente la redondez de sus uvas como preparación para la recolección que tiene lugar cuando el verano deja paso al otoño. En Lanzarote esto ocurre algo antes, ya que la suya es la vendimia más madrugadora de Europa, en julio o a principios de agosto. Pero ahora, además, hay una bodega que directamente le ha dado la vuelta al ciclo y funciona a la inversa que el resto. En El Grifo están realizando una ‘vendimia de invierno’ experimental para dar solución al aumento de las temperaturas debido al cambio climático, algo que inquieta a viticultores de todo el mundo. Todo el desarrollo de estas plantas se ha producido durante los meses más fríos del año, de ahí su nombre; la poda se ha llevado a cabo en septiembre y la recolección en abril, algo inaudito en el hemisferio norte.
La experiencia busca, también, posicionarse en sostenibilidad, algo que desvelaba a Francisco Raimundo García Reyes, propietario de la pequeña finca Playa Quemada, cercana al Atlántico. Hace una década decidió trabajarla, aún con la opinión adversa de la mayoría por estar fuera de La Geria, la zona central y más alta de Lanzarote, donde están ubicadas sus peculiares viñas (las parras se colocan en hoyos cónicos o ‘gerias’, protegidas de los alisios por muros de piedra), en una obra humana que parece milagrosa con lo inhóspito del paisaje inundado de cenizas por la erupción del Timanfaya que hubo de 1730 a 1736.
El viticultor, uno de los más de 170 que proveen a El Grifo, les habló de su parcela cálida, plana y de cota baja –«feíta», dice él–, y los responsables de la bodega, con el joven enólogo Jorge Rodríguez al frente, vieron claro el desafío que les planteaba sacarle rendimiento aún con su hándicap y ex
plorar de su mano nuevas formas de hacer vino. «Si no se abandonan las viñas es solo por el cariño que se les tiene, porque eran de los padres. Este no es un cultivo atractivo por su dureza y el esfuerzo físico, –todo manual, no hay mecanización posible con estos hoyos–, pero estamos buscando la manera», dice el enólogo. Y añade: «Las olas de calor y las calimas serán cada vez más frecuentes, aquí se notan muchísimo, y hay que buscar soluciones. En otros sitios se lleva la viña hacia regiones más altas, pero al ser este un territorio limitado no es posible». Los jugos de 5.000 kilos de malvasía volcánica nacidas de las 2.140 plantas que funcionan al revés en Playa Quemada están ya clarificando en El Grifo, fundada en 1775 y una de las diez bodegas más antiguas de España. La cosecha «ha superado las expectativas no solo en cantidad, sino también en calidad, pues la uva denotó gran frescura, mayor nivel de acidez y un cultivo mucho más progresivo», aseguran sus creadores. Otros alicientes, con tinte ecológico: necesita menos agua y sufre menos plagas. Esto recién comienza. Unas tres mil botellas del nuevo ‘Vendimia de invierno’ (38 €) saldrán al mercado a finales de agosto.