«La Ley de Memoria es una puñalada del sanchismo al PSOE de Felipe González»
«Es impensable que a principios de siglo un político sobreviviera a la cantidad de mentiras y faltas de palabra que ha tenido el presidente del Gobierno»
—El lunes fue el encargado de defender el voto en contra de Cs a la Ley de Memoria Democrática y levantó tantos aplausos como críticas.
—Es sintomático de la bipolaridad buscada. Es intentar sacar rédito electoral del pasado. Es un uso torticero de la historia de España, del dolor ajeno, de víctimas que nada tienen que ver con los políticos que hoy intentan utilizarlas. Es todo un tanto deshonesto. Para apoyar esta ley, en un inicio, ahora ya es inapoyable, planteamos una ley de víctimas que impidiera los homenajes a terroristas, la humillación a las víctimas del terrorismo, mientras al mismo tiempo se penalizaban los homenajes al franquismo. O todos o ninguno. La división es inmoral.
—Cuando estaban dispuestos a negociar una ley a cambio de otra, algo bueno verían en la de Memoria, ¿no?
—Creemos que la Ley de Memoria Histórica [la del 2007] estaba bien. También avisamos que vía enmiendas íbamos a modificar otras cosas aparte de la exigencia principal, que era nuestra ley de víctimas. Pero es cierto que era mejorable el trabajo en la recuperación de restos humanos de las cunetas. Esas cuestiones, evidentemente, son importantes y se deben apoyar.
—¿A qué se refiere cuando habla de ‘memoria selectiva’ en la ley?
—Digo memoria selectiva porque se protege la memoria de un niño que muere en el bombardeo de Guernica y se prohíbe el homenaje a sus asesinos, a los nazis que la bombardearon, pero no se prohíbe el homenaje al asesino del niño volado en pedazos en Erandio. Si seleccionan, no es memoria democrática, sino memoria selectiva. Y seleccionan en función de la utilidad para ellos.
—Una de las enmiendas de PSOE y Unidas Podemos pone el foco en la Ley de la Amnistía de 1977. ¿Está en juego el perdón de la Transición?
—Hay un ataque directo a ese periodo. Tenemos a nuestro favor los hechos. Pero es verdad que en estos tiempos de posverdad y relativismo todo está en cuestión.
—El PSOE insiste en que la ley reivindica la amnistía.
—Sorber y soplar a la vez. Si reivindicas la amnistía, no puedes estar hablando de reabrir todo lo anterior. Tienen que aclararse. Es contradictorio.
—En solo tres años, Pedro Sánchez ha pasado de prometer que jamás negociaría con Bildu a pactar con ellos la Ley de Memoria Democrática. ¿Es un punto de no retorno del PSOE?
—Sí. Iba a decir líquido, pero es que el PSOE con Sánchez ya no es que sea líquido, es gaseoso con sus principios. Es impensable que a principios de siglo un político sobreviviera a la cantidad de mentiras y de faltas de palabra que ha tenido el actual presidente.
—Históricos del PSOE han criticado la ley mientras el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero la bendecía.
—Yo recuerdo con estupor cómo en el atentado de la T4 la primera reacción de Zapatero fue decir que había sido un accidente. Ahí está la madre del cordero, el principio de la nefasta deriva. El sanchismo es hijo del zapaterismo en esto. Zapatero venía a decir más o menos que los etarras habían puesto las bombas de la T4, pero que habían matado sin querer.
—Bildu presume de que se ha ampliado el ámbito temporal de la ley hasta 1983 y el PSOE lo limita a una comisión sin vía judicial. ¿Qué opina?
—Fíjese que Bildu explica la enmienda en una frase y el PSOE tiene que estar dando explicaciones minutos. Esto es una puñalada del peor PSOE al mejor PSOE. Esto es una puñalada del sanchismo a Felipe González. La portavoz de Bildu dijo en la comisión que era franquismo en su concepción más extensa e incluía hasta el año 83. Es decir, considera el primer año de gobierno de Felipe González, del PSOE, como un franquismo extendido.