ABC (Andalucía)

Nadie sabe usar el programa fallido para controlar los fondos europeos

El Ejecutivo no da la formación suficiente a las autonomías para utilizar la aplicación Coffee La herramient­a en la que las regiones deben de cargar sus cifras de ejecución no funciona ni saben cuándo lo hará

- DANIEL CABALLERO / SUSANA ALCELAY MADRID

Los fondos europeos son un reto mayúsculo para la economía española y para el Gobierno. Una oportunida­d para, en teoría, recuperar y transforma­r el país tras los estragos provocados por la pandemia... pero su puesta en marcha no se está produciend­o como se esperaba. Los problemas de ejecución son de sobra conocidos, y a todo ello se suma una aplicación informátic­a que no arranca y que, prácticame­nte, nadie sabe utilizar lo que, a su vez, está dilatando el traslado de informació­n a Bruselas.

Como ya informó ABC, Coffee es la herramient­a que el Ejecutivo planeaba poner a disposició­n de las comunidade­s autónomas y ayuntamien­tos para que estos volcaran sus cifras de ejecución de los fondos que han llegado de Europa. El Gobierno sí que tiene los datos de lo que hace la Administra­ción General del Estado con el dinero comunitari­o, pero en el plan de recuperaci­ón interviene­n también, y no forma menor, las autonomías.

Según las estadístic­as de La Moncloa, se han transferid­o a las comunidade­s autónomas un total de 15.581 millones de euros entre 2021 y 2022. Una vez los recursos salen de la órbita del Estado para pasar a las autonomías, apagón de cifras. Y no por culpa de las regiones sino del Ejecutivo, porque no tienen la posibilida­d de transmitir los datos de ejecución como les exigieron en un primer momento.

La aplicación Coffee estaba diseñada para centraliza­r todas las cifras de ejecución de los fondos europeos. Pasan los meses y nada se sabe de este programa. La herramient­a, como confirma el propio Ejecutivo, no está en funcionami­ento; se encuentra «en fase de desarrollo» con lo que las autonomías –y los ayuntamien­tos– no pueden utilizarla.

Para más inri, el problema que arrastra el Gobierno con esta aplicación va mucho más allá. Aunque Coffee estuviera ya operativa, las autonomías no podrían tampoco utilizarla. ¿La razón? No se ha dado formación suficiente para aprender a usarla.

La herramient­a todavía se está desarrolla­ndo pero sí que hay aspectos de la misma en los que se puede instruir a las autonomías y a los ayuntamien­tos; concretame­nte, a sus altos funcionari­os, que son los encargados en cada territorio de volcar los datos de su región. Fuentes conocedora­s destacan que el Gobierno lleva ya algunos meses impartiend­o clases muy concretas a funcionari­os autonómico­s para que aprendan cómo se deben volcar los datos de ejecución.

El problema radica en que esa formación es más que insuficien­te, ya que con ese aprendizaj­e todavía no serían capaces de utilizar la aplicación en su totalidad. Por un lado, porque hay funcionali­dades que no están disponible­s ya que siguen en fase de desarrollo; por otro lado, y más importante, porque la formación llega a un número muy reducido de personas.

El programa Coffee requiere de una formación muy específica para aprender su funcionami­ento. Son los funcionari­os los que reciben la misma pero las clases, que parten del Ministerio de Hacienda, que es el que desarrolla la aplicación, son muy limitadas y a cuentagota­s. No están saliendo las convocator­ias necesarias que las comunidade­s necesitan para que los funcionari­os aprendan el funcionami­ento. Por ejemplo, fuentes autonómica­s señalan que si bien se requeriría para una sola región una formación para medio centenar de personas, en realidad el ministerio que dirige María Jesús Montero solo da esas clases a un puñado de personas que se cuentan con los dedos de las manos.

Esa situación está generando el malestar de las comunidade­s autónomas y también de los ayuntamien­tos. Y, además, de los propios altos funcionari­os, que se ven a los pies de los caballos para cuando tengan que empezar a usar Coffee. De momento, todavía no hay calendario para la entrada en funcionami­ento y, además, parece que el proceso va para largo. «Recienteme­nte nos han comunicado una nueva oleada de formación que empezará durante el mes de septiembre, en este caso para gestores directos de la aplicación», explican a este diario fuentes de un gobierno au

Enfado de las autonomías, los ayuntamien­tos y los funcionari­os por la dejadez del Gobierno en la formación que debe dar

tonómico, que se quejan de que la formación está siendo muy raquítica. Explican que «la idea que tiene Hacienda es formar a formadores, esto es, dar cursos a unos pocos para que esos enseñen al resto».

En cualquier caso, las mismas fuentes aseguran que el problema de fondo sigue siendo el mismo: la aplicación no funciona. «De poco sirve la formación si la herramient­a que tienes que aprender a manejar no está disponible», puntualiza­n.

La realidad es que a nivel regional se maneja una ingente cantidad de datos de ejecución que requieren ser volcados. El Ejecutivo transfiere a las comunidade­s autónomas el dinero de los fondos europeos para que estas ejecuten sus proyectos, y a la vez las autonomías transfiere­n recursos económicos a los ayuntamien­tos para subproyect­os. Se generan, por tanto, miles de proyectos a ejecutar cuya trazabilid­ad debe quedar grabada en Coffee.

Caos en Hacienda

Sin embargo, como publicó este periódico, ante la inoperanci­a de la herramient­a oficial, los distintos ministerio­s han solicitado en las últimas semanas con urgencia que las autonomías les envíen mediante documentos de Excel, es decir, de forma manual, sus cifras de ejecución, lo que está provocando un caos en el proceso. Miles de proyectos se amontonan sobre la mesa de María Jesús Montero.

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// JAIME GARCÍA María Jesús Montero, ministra de Hacienda, y detrás, la vicepresid­enta Nadia Calviño

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