Los encierros cambian de bueyes tras la polémica de los veloces Messi y Ronaldo
► Cabestros navarros de Macua sustituyen a la galáctica parada de la ganadería del Uno
Messi y Ronaldo no compartirán equipo este año en Pamplona ni correrán por sus calles. Ronaldo, herrado con el número 4, capirote y berrendo en colorado, se queda esta temporada en el banquillo de ‘El Maquilón’. En la finca alcarreña permanecerá también el Messi de botines chocolate. «Ambos son muy seguros y cogen rápidamente la cabeza de la manada», explicaba su ganadero, José María López.
Tan rápidos y seguros fueron que desataron la polémica entre los mozos. Con los bueyes de la parada del Uno, ningún encierro duró más de tres minutos, con carreras tan limpias y fugaces que por primera vez en la historia, en 2019, los corredores hicieron una sentada de protesta pidiendo el cambio de los bueyes. En la vuelta de los sanfermines y con la expectación desbordada, se ha apostado por la ganadería navarra de Macua.
Los del Uno, que hicieron honor a su fama de galácticos, se quedan en su finca, a orillas del Tajo. A Messi y Ronaldo se sumaban Cariñoso, Chino, Corredor, Distraído, Elegante, Generoso, Hortelano, Lancero, Lolo, Perezoso, Pistolero, Tabernero y Sevillano. Un equipo completo de quince cabestros cuyo objetivo, según su criador, era «velar por la seguridad de los corredores y los toros en los encierros matinales». López recalcaba entonces algo primordial: «No olvidemos que, por la tarde, matadores y cuadrillas se juegan la vida delante de seis toros bravos y nuestro fin es que esos animales lleguen en el mejor estado a chiqueros».
Frente a las críticas que suscitó la velocidad de Messi y Ronaldo –según los corredores «desnaturalizaba el encierro», quejas que se sumaban a las del antideslizante–, los profesionales del toro elogiaban el trabajo de estos valores tan seguros. «La ‘pará’ de bueyes es extraordinaria. El cabestro guía cuando vio al toro castaño por delante apretó como un condenado para adelantarlo; cuando se abrían los toros se estiraban para arropar y el buey escoba, aunque iba adelantado, después se aguantó con dos toros por detrás. No tienen precio, y ya al guía y al escoba no hay dinero para pagarlos...», escribía Curro Escarcena en el ‘tuitendido’ tras el último encierro de Cebada Gago antes de la pandemia. Y el ganadero Polo Sáiz añadía: «¿Se le está dando caña a la parada de bueyes por hacer su trabajo muy bien? Está claro que mola más la incertidumbre, pero por Dios, los bueyes no solo llevan velocidad, van todos y cada uno conociendo su oficio perfectamente, chapó a la ganadería del Uno».
Ahora les toca el turno a los bueyes de Macua, que descansan en los Corrales del Gas junto a las ocho ganaderías bravas: Núñez del Cuvillo, Fuente Ymbro, José Escolar, La Palmosilla, Cebada Gago, Jandilla, Victoriano del Río y Miura. Todos desfilarán por las calles de la capital navarra hasta la Monumental de Pamplona, que este año celebra su centenario. De la carrera matinal a la lidia vespertina, porque sin corrida no hay encierro.
Opinión de los corredores
Al joven pamplonica Félix Laparte, habitual corredor del encierro, le parece «bastante bien» el cambio de los cabestros porque «los últimos años no se pudo disfrutar tanto de los encierros, pues venían los toros bastante agrupados y no se podían hacer las carreras bonitas que nos gustan a nosotros». Y Pablo Sánchez, otro asiduo, añadía: «Yo los veo que van a trabajar bien. Pero también que va a ver toros por delante y encierros emocionantes. Apuesto que van a ser encierros de los de antes... Aunque tengamos el antideslizante... Van a ser emocionantes».
Vuelven los encierros, vuelven las corridas, vuelve la fiesta. ¡Que el capotillo de San Fermín siga repartiendo suerte!