Kyrgios se pone serio ante Garín y se planta en la penúltima ronda de Wimbledon

Se tira al suelo Nick Kyrgios y ve el cielo desde allí. Está en esas alturas porque nunca había pisado una semifinal de un Grand Slam y parece que esta vez, en Wimbledon, se lo está tomando en serio. Apaga la euforia de Cristian Garín, otro novato en estas rondas, con ese tenis irreverente que levanta pasiones y críticas, pero que ha controlado en esta ocasión con más cabeza y menos locuras.

El de Camberra siempre ha tenido tenis, pero se le escapaba el interés por otros derroteros. Más dado al espectáculo, sin que este sea siempre del bueno y ejemplar, parecía contento con este perfil de chico malo y poco palmarés. No es que haya cambiado, pero sí que este Wimbledon le interesa. Aun así, tuvo sus más y sus menos con otro tenista excepcional al que se le escapa el control si alguien lo enciende lo suficiente, Stefanos Tsitsipas. Gritos a la grada y al rival, pelotazos al cuerpo, reverencias para hacer mofa... «Con todo lo que pasó, mi actuación estuvo bien, mantuve buen nivel. Muchas cosas me pudieron haber despistado, pero no lo hicieron».

Tampoco un asunto extradeportivo de una supuesta acusación contra él. Pero en la pista, calma. «Eran los cuartos de final de Wimbledon. Ha sido duro centrarme en este objetivo, pero sabía que estaba preparado». Ha roto sus límites en los Grand Slams y analizó también de dónde llegaba, con problemas de salud mental en 2019 con muchas posibilidades de apartarse del tenis, con pensamientos muy negativos sobre sí mismo: «Si le hubieras preguntado a cualquiera si podía llegar hasta aquí, todos hubieran dicho que no, que no tenía la capacidad mental o el físico o la disciplina. Empecé a dudar de mí mismo. Y ahora mismo solo puedo pensar en la cantidad de personas a las que tengo que agradecerles que esté yo aquí ahora».

Contra Garín hubo mucha contención y eso que el chileno le puso en dificultades, con todo por descubrir el 43 del mundo, verdugo de Elias Ymer o Alex de Miñaur en este Wimbledon de despertar al mundo. «Esa derecha que tiene me va a crear pesadillas. Hizo tres ganadores sobre mi servicio nada más empezar y creo que tengo uno de los mejores saques del circuito. Es un chaval muy bueno, así que estoy feliz de cómo he reaccionado, de cómo he competido».

En principio, todo dependerá de la lesión de Nadal, se mide con el español mañana, y Kyrgios ya sabe lo que es ganarle en estas pistas. Fue en 2014. «Va a ser el partido más visto de la historia», se ilusiona el australiano.