El parque de vivienda andaluz, de los más envejecidos de España
► Aunque la nueva construcción ha bajado la media de los edificios a unos 40 años, ciudades como Granada acumulan episodios de derrumbe
Gonzalo, regente de quinta generación de una de las panaderías más longevas de Granada, ‘la Gracia de Dios’, ha tenido que cerrar su negocio hace tres meses. La causa: la caída de una cornisa que obligó a la Policía Nacional a clausurar el edificio hasta nuevo aviso. Pocas semanas antes, el episodio se repetía en Maracena, un municipio aledaño a la capital granadina, con la muerte de una mujer de apenas 25 años que no pudo sobrevivir al accidente tras caérsele otra cornisa encima.
Según indican desde el colegio de Arquitectos de Granada, las dos situaciones entran dentro de la normalidad. Granada es la segunda provincia con el parque de viviendas más envejecido de Andalucía. Tanto la capital como buena parte de su área metropolitana supera los 40 años de antigüedad. La circunstancia, de hecho, se repite en todas las capitales andaluzas, con la salvedad de Almería, donde los datos quedan parejos con la vivienda nueva.
El parque de vivienda más antiguo entre las capitales andaluzas es el de Cádiz. El 64 por ciento tiene más de 40 años. El de Sevilla supera el 62 por ciento. Según explican los expertos que esto sea así no implica en principio nada, solo la necesidad de un mantenimiento más exhaustivo. Es decir, más inversión.
El caso de Granada
El caso de la provincia granadina es el más preocupante. Más si tenemos en cuenta que el principal riesgo para cualquier vivienda no es otro que la climatología y, en el caso granadino, el detalle no menos importante de ocupar una zona sísmica.
Un estudio publicado por la Universidad de Granada hace poco más de un año, previo al enjambre sísmico que tuvo en vilo a la provincia durante meses, cifraba la factura que tendría que pagarse de suceder un sismo de gran impacto en la provincia. El dato echaba para atrás: 10.000 millones de euros.
Con todo, más allá del detalle de la falla granadina, los expertos apuntan a un enfoque general. «No se trata tanto de los terremotos como del tiempo. El peligro de derrumbe es mucho peor», señala Leandro Morillas, profesor titular del departamento de Mecánica de Estructuras de la Universidad de Granada y autor de aquella investigación.
El invesgador apunta, sobre todo, a que, al igual que ocurre con las demás capitales históricas en todo el país, un alto porcentaje del patrimonio inmobiliario granadino fue construido antes de 1979, año de creación de la Normativa Básica de Condiciones Térmicas. De ahí, que los peligros no tengan que ver solo con un temblor, sino con rehabilitaciones que no terminan de llegar. La responsabilidad recae sobre los propietarios, que muchas veces muestran un profundo desinterés en las zonas comunes o fachadas. A esto se debe sumar que, quiénes si lo muestran, tengan el poder adquisitivo para hacer frente a las reformas. «Falta conciencia de vivienda colectiva. Somos capaces de arreglar nuestro piso. De dotarlo de todo tipo de comodidades. Pero en zonas comunitarias parece que no nos importan mucho» critica por su parte el decano del Colegio de Arquitectos de Granada, Luis Alberto Martínez Cañas.
Si nos centramos en la cuestión climatológica, todo el Sur de España está expuesto a condiciones climatológicas duras para cualquier vivienda. Sea por proximidad a la costa o lejanía, hace o mucho calor o mucho frío, o un sol de solemnidad o aguaceros e inundaciones. Las temperaturas, cada vez más elevadas fruto del cambio climático, tampoco ayudan.
«El por qué de la caída de una fachada es sencillo. Por ejemplo: llueve y entra agua en el edificio. Este la absorbe. Aparecen pequeñas grietas y el agua queda dentro. Si la temperatura desciende por debajo de cero grados, se congela. Actúa como cuña hasta que se desprende. Si hay un movimiento sísmico, ayuda, claro. La grieta crece. Esto ha sucedido siempre, solo que ahora la climatología es más extrema y las noticias vuelan», resume Martínez.
Con todo, si bien las capitales andaluzas adolecen de una falta de mantenimiento patente, la construcción de nueva vivienda fue la norma general en las últimas décadas en la comunidad. Andalucía registra un balance positivo de viviendas dentro de la nueva
Riesgo sísmico Los técnicos señalan que «El peligro de derrumbe por el paso del tiempo es peor que el de un terremoto»
normativa. A nivel nacional, sin embargo, la situación se afea. España tiene 26 millones de viviendas. De esos 26 millones, el 50% no disponen de ningún tipo de aislamiento, es decir, que son anteriores a 1979. Además, un 75% no disponen de condiciones de accesibilidad. La responsabilidad de la administración pública, a pesar de la generalidad del problema, es escasa, explica el decano.
«Las inspecciones se hacen cada 50 años. Eso es lo que se considera la vida útil de un edificio. La normativa ha considerado esto. A mucha gente le parece una barbaridad. Pero es que parece que si no se hace por imposición… Si no existiera la ITV habría muchos más accidentes» precisa.
Al hilo de esto, la Junta de Andalucía ha activado frente a la situación ayudas para la creación de un LEE, acrónimo del Libro del Edificio Existente. El equivalente al Libro del Edificio Nuevo, vigente desde 2007. Cualquier construcción que se haga nueva precisa de una documentación para llevar un control del edificio. Esto pasaría ahora a esas viviendas que, precisamente, necesitan de un examen continuo y más exhaustivo.
Estas ayudas, una de las seis contempladas como ayudas a la rehabilitación por el ente autonómico, se subvenciona de hecho, al 100%. A los propietarios no les cuesta ni un solo euro. Una foto fija del edificio para evitar, en la medida de lo posible, desgracias como las sucedidas en Maracena en el corto-medio plazo. «Es una oportunidad inmejorable para hacer un chequeo. La convocatoria está pendiente, pero servirá para planificar y, sobre todo, que las comunidades de vecinos que, recuerdo son los más responsables, puedan financiarlas o acceder a otras ayudas europeas previstas» incide el decano del Colegio de Arquitectos.