Un grupo bisoño y unos alcaldes preocupados
Espadas inicia la XII Legislatura con el reto de levantar al PSOE desde una oposición mermada y en una crisis que puede empeorar tras las municipales
La situación de partida es mala. La moral de la tropa está mucho más que alicaída y las atenciones de los cuadros están puestas en el reparto de los pocos puestos de los que dispone el PSOE en la XII Legislatura que comenzará este jueves en el Parlamento de Andalucía y que Espadas todavía no ha desvelado. En el PSOE andaluz contaban con la derrota en las urnas... pero no con la mayoría absoluta tan aplastante de Juanma Moreno. Sobre todo porque saben de más que será mucho más difícil que su voz se oiga los próximos cuatro años y lograr la confianza de los andaluces cuando llegue de nuevo el momento de las urnas. Temen, claro, que el «régimen de Moreno» se consolide como se consolidó el socialista durante 37 años en la Junta.
Las candidaturas del pasado 19-J estaban diseñadas para que Juan Espadas terminase de hacerse con el control interno del PSOE andaluz. Por eso ha renovado casi a todo el grupo parlamentario. Sólo una decena de los diputados, es decir un tercio, tiene experiencia en el legislativo andaluz. El resto procede del ámbito municipal o han tenido alguna experiencia en gobiernos socialistas anteriores. Ahora habrá que formarlos en la mecánica parlamentaria, en la presentación de iniciativas y, sobre todo, en cómo llevar las demandas de la calle hasta dentro de los muros del Antiguo Hospital de las Cinco Llagas. Un trabajo que los socialistas denominan «reconectar con la sociedad».
Juan Espadas tiene, además, que hacerse con un grupo de trabajo que lo arrope y del que hasta ahora ha carecido por sus particulares circunstancias políticas. Ha sido un líder extraparlamentario desde que pactó con Pedro Sánchez hacerse cargo del PSOE andaluz y ganó las primarias a Susana Díaz. Pero ahora empieza con una ventaja. Su número dos, Noel López, ya tiene un puesto en el Parlamento andaluz por lo que podrá dejar la Alcaldía de su pueblo, Maracena, para dedicarse de lleno a la política andaluza. Los ojos de sus compañeros de partido están puestos en su gestión, que descalifican gravemente por la campaña electoral que ha dirigido.
Pero también será el momento de ver qué tipo de líder es Juan Espadas. Hasta dónde está dispuesto a repartir y a quiénes colocará en los cargos clave. Parece fácil adivinar que uno de los dos puestos de la Mesa del Parlamento que corresponden al PSOE será para Mario Jiménez, el más veterano de sus diputados y quien conoce perfectamente los entresijos de la Cámara.
Lo que no está tan claro es quién será el portavoz del grupo parlamentario. Es evidente que Espadas asumirá el papel principal pero ¿seguirá Ángeles Férriz de número dos? La situación de María Márquez, diputada por Huelva que ha asumido la dirección del grupo desde la marcha de Susana Díaz junto con Férriz es algo más complicada. Ella se ha centrado sólo en Huelva en la campaña... dicen algunas voces en San Vicente.
Uno de las incógnitas a desvelar es qué hará con Verónica Pérez, la exsecretaria general del PSOE de Sevilla que se ha quedado sin escaño. Es la prueba del tipo de mandato que ejercerá Espadas. ¿Duro? ¿acogedor? ¿manteniendo la tradición del partido de no abandonar a los líderes?.
Los ayuntamientos
Un veterano socialista explicaba a ABC que el problema grave para el partido se verá después de las elecciones municipales. Y no es una opinión aislada porque los propios alcaldes están ya muy preocupados. Los 450 ayuntamientos que gobiernan en Andalucía son los que mantienen, hoy por hoy, la vertebración de las agrupaciones locales, la actividad interna de los militantes y el músculo que siempre ha tenido el PSOE andaluz, por más que ahora no esté en tensión como antaño. Es evidente que no es igual el voto en unas elecciones autonómicas que en una convocatoria municipal pero otro gallo cantaría si Pedro Sánchez decide convocar las elecciones generales adelantadas y el último fin de semana de mayo de 2023 se celebrase un «superdomingo» electoral. La pérdida de confianza de la sociedad en el presidente del Gobierno de España preocupa a los regidores socialistas andaluces. Porque como se pierdan los ayuntamientos, la crisis del socialismo andaluz sí que será difícilmente reversible. Por eso los mensajes que están llegando desde Andalucía hasta Ferraz, sede de la dirección federal del PSOE, es que las generales se celebren en su tiempo a pesar del desgaste de Pedro Sánchez por sus graves diferencias con Podemos. Muchos en el Sur de España entienden que a todos les iría mejor si esas diferencias fuesen con los nacionalistas e independentistas. En Andalucía esos socios no gustan prácticamente a ningún socialista.