«No se debe negociar con quien no reconoce a las víctimas del terrorismo»
Marimar Blanco reprocha a Sánchez que pacte con Bildu la Memoria Democrática
Desde el atril Marimar Blanco reconocía con semblante serio que la cita de este domingo no era «fácil» para ella. A la polémica en torno al acto de los últimos días se sumaba el sentimiento que le produce regresar a Ermua, donde están todos los recuerdos de su infancia, y enfrentarse de nuevo a la ausencia de su hermano. Este año, por primera vez, tampoco tuvo el apoyo de sus padres al regresar a casa porque los dos fallecieron en el año 2020 con pocos días de diferencia.
Tomó la palabra inmediatamente después de recoger el reconocimiento a su hermano como parte de la corporación de aquel 1997. Recordó a Miguel Ángel como aquel joven al que ETA truncó sus «sueños» y sus «proyectos». Su único propósito, dijo, era «ser libre» y ampliar los derechos de «todos» desde el compromiso político.
Desde esa ejemplaridad, pidió a los presentes «honrar» la memoria de las víctimas, algo que, insistió, no se demuestra «con simples palabras», sino con «grandes hechos». Recordó que quienes justificaban la barbarie etarra que terminó con la vida de Miguel Ángel siguen «más vivos que nunca». Por eso, hizo un llamamiento para no permitir «que tanto dolor se olvide o se borre a los culpables».
Porque, aseguró Marimar Blanco, la de ETA es una historia de «buenos y malos» y por eso es necesario dejar claro que «no hubo ningún conflicto» ya que mientras unos mataban, otros morían. A pesar de la desaparición de la banda terrorista, insistió en que «los fines que perseguían los críminales siguen más vivos que nunca» y pidió públicamente que «no se negocie con quien no reconoce a las víctimas del terrorismo», en clara alusión al pacto de Sánchez con Bildu para sacar adelante la Ley de Memoria Democrática.
Su intervención fue especialmente emotiva cuando evocó el espíritu de Ermua que surgió tras el secuestro y asesinato de su hermano. Aprovechó el 25 aniversario para mostrar su profundo «agradecimiento» a todos sus vecinos y todos los españoles que esos días se levantaron en contra de ETA. Fueron, aseguró, un gran apoyo en las peores 48 horas de su vida; un macabro ultimátum que terminó con la vida de aquel joven lleno de «sueños y proyectos» que solo buscaba defender «el Estado de Derecho, la Constitución y el estatuto de autonomía».
Ayer, 25 días después, apeló a aquel espíritu de Ermua frente a quienes ahora singuen sin condenar «como es debido» la violencia de ETA. «Aquellas manifestaciones que encendieron la llama de la indignación y de la desesperación no deberían olvidarse». E insistió en los cuatro pilares en los que debe basarse lel futuro: «Verdad, memoria, dignidad y justicia»
Desde su llegada la hermana del joven concejal del PP estuvo arropada por el presidente del partido, Alberto Núñez Feijóo, y también por el presidente de los populares vascos, Carlos Iturgaiz. A ella se dirigieron expresamente en su discurso el Rey, Felipe VI; el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y el lendakari, Iñigo Urkullu.