Idas y venidas
Los últimos movimientos en el precio de los distintos activos confirma la tesis en la que llevamos instalados mucho tiempo de que el mercado está dominado exclusivamente por la visión macro. Son precisamente esos titulares los que determinan los movimientos espasmódicos de muchos de los precios, dejando en un segundo plano por completo aspectos más relacionados con el valor fundamental de las distintas cosas.
En esa capacidad insondable y contrastada que tiene el mercado de retorcer todos los argumentos, la interpretación que se está haciendo del desplome de las materias primas tiene un punto cuasi esquizofrénico. Con independencia de lo que haya detrás de las fortísimas caídas de prácticamente todas las materias primas, que en algunos casos son superiores al 50% desde máximos de hace solo unos meses, no constituye una mala noticia y, desde luego, no anticipa nada malo como se quiere hacer entender, en tanto que ha sido principalmente la fuerte subida de las ‘commodities’ lo que está detrás de la inflación, que es lo que ha provocado el cambio de tranco por parte de los bancos centrales y lo que puede terminar enfriando la economía. No se puede utilizar un argumento en un sentido y en el contrario.
Las fuertes caídas del cobre, hierro, acero, trigo y fletes, son el anticipo de lo que va a pasar con la inflación. A medida que se vaya
constatando esta relajación de los índices que miden la evolución de los precios, se deberían ir disipando los miedos macro, porque los bancos centrales no tendrán que llegar tan lejos y la inercia de la economía todavía es mucha.
Este razonamiento tan simple acabará imponiéndose y las idas y venidas de los mercados no las determinarán tanto los titulares macro sino aquellos que tienen que ver más con la valoración de las cosas.
Va a resultar especialmente interesante la publicación de resultados del segundo trimestre de este año que empezaremos a conocer en pocos días, porque el contraste entre los que nos cuentan las compañías y las sensaciones que se desprenden de los movimientos sincopados del precio de los distintos activos va a ser enorme. La cada vez más cercana relajación de la inflación nos permitirá devolver la mirada a esas cuentas de resultados. No queda nada.