ABC (Andalucía)

El confín del mundo

Celtas, griegos, romanos y cristianos peregrinar­on al lugar más occidental de la civilizaci­ón, siguiendo el camino de las estrellas

- PEDRO GARCÍA CUARTANGO

El empeño de llegar hasta los límites es tan viejo como el origen de la humanidad

Durante muchos siglos fue el límite del mundo civilizado, el punto más occidental de la Hispania romana. Hasta allí llegó Decio Junio Bruto, el general que conquistó Galicia en el año 150 antes de Cristo. Al arribar al cabo Finisterre, el caudillo romano se arrodilló para ver ponerse el sol en el lugar donde hoy se alza el faro.

Finisterre era ya un emplazamie­nto mítico para los celtas que rendían culto al sol en sus abruptas cosas. Lo fue también para los griegos que situaron al oeste de la Península la tierra de la inmortalid­ad y el sitio donde iban a descansar los muertos. Lo fue para los romanos que levantaron un altar dedicado al sol en el extremo más occidental de Hispania. Y lo fue a partir del siglo XII para los cristianos que, tras peregrinar a Santiago de Compostela, seguían el camino hasta alcanzar este confín del mundo, donde se lavaban y quemaban su ropa en un último acto de purificaci­ón. Cumplido el ritual, se transforma­ban en hombres nuevos. En este lugar se puede ver la escultura de una bota sobre una roca que recuerda a los peregrinos. Fue a finales del siglo XII cuando se levantó la iglesia de Nuestra Señora de las Arenas, donde se halla la imagen del Santo Cristo de Finisterre. Allí oraban los caminantes que recorrían los 90 kilómetros desde Santiago y podían gozar de descanso y protección. Hay en el templo una puerta santa que se abre a los peregrinos en los años jacobeos.

Finisterre, Fisterra en gallego, es hoy un pueblo de 5.000 habitantes. Hay que cruzar la localidad y seguir avanzando un kilómetro hasta llegar al faro, construido en 1853 para evitar los frecuentes naufragios de la zona. Su fulgor no pudo evitar el naufragio del HMS Captain, un buque de guerra inglés en el que perecieron 482 tripulante­s en 1870 al volcar frente a los acantilado­s en una fuerte tempestad.

El empeño de llegar hasta los límites es tan viejo como el origen de la humanidad. Por ello, fueron germinando leyendas y tradicione­s en torno a este lugar donde terminaba la civilizaci­ón y comenzaba lo desconocid­o. A quien osara alejarse de la costa y navegar por las aguas del Atlántico le aguardaba la muerte y el castigo de los dioses. Algunos indicios apuntan a que la medieval ruta jacobea sustituyó a un ancestral camino que, siguiendo las estrellas de la Vía Láctea, acababa en la costa.

Dicen las crónicas que en la parroquia de Duio, muy cerca de la villa de Finisterre, se hallaba la fabulosa ciudad de Dugium en la que se había construido el ‘ara solis’, un altar a Febo, en la época de los romanos. Hay otra versión que señala que Dugium está sepultada bajo las aguas en la costa y que, cuando baja la marea, se pueden ver sus ruinas desde una barca. Según la leyenda, al altar fue destruido por la reina pagana Lupa. Ella se negó a acoger los restos de Santiago y expulsó de sus tierras a los discípulos que, procedente­s de Palestina, buscaban un sitio para enterrar al apóstol. Lupa era una viuda, de gran belleza, que al parecer practicaba la hechicería.

No hay en la Península un lugar tan cargado de simbolismo como Finisterre. Ya los griegos apuntaban a que Hércules, hijo de Zeus, había recorrido el camino marcado por la Vía Láctea para acabar con el gigante Gerión.

Plinio y Tolomeo mencionan unas islas al oeste de la Península en las que sus pobladores viven felices y en la abundancia, lo que remite a la creencia griega de que la tierra de la abundancia estaba en las costas de Galicia. También los celtas creían en la existencia de una isla mítica llamada Tir Na Nog, donde quien vivía en ella accedía a la eterna juventud.

Hasta su cristianiz­ación, Finisterre, Finis Terrae, fue un enclave mítico al que se llegaba siguiendo el camino de las estrellas y que se asociaba a la muerte por la puesta de sol y también al renacimien­to y la eterna juventud, vinculados al nuevo día. Y, por ello, no hay un mejor final para acabar esta serie sobre una España mágica que hunde sus raíces en la noche de los tiempos y en la que fantasía y realidad se fusionan.

 ?? // ABC ?? El cabo de Finisterre, en La Coruña
// ABC El cabo de Finisterre, en La Coruña
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain