García-Page propone que la ley se base en un «acuerdo de grandes partidos»
► Ayuso carga contra Sánchez por pactarla con Bildu: «Es la mayor infamia política»
El pacto del Gobierno con Bildu en la Ley de Memoria Democrática ha desatado un terremoto de reacciones, mayoritariamente en contra. Desde las críticas más directas a las matizaciones más sutiles, muchas fuerzas políticas han mostrado sus posturas discrepantes. Ayer fue el presidente castellano-manchego, el socialista Emiliano García-Page, quien señalaba que, a su entender, esa ley debería estar respaldada en el Congreso de los Diputados por un gran acuerdo de «los grandes partidos», y no en una mayoría «de circunstancias» con la suma de fuerzas junto a Bildu.
El ‘barón’ socialista señaló que le costaba «entender» que «hablar de memoria» tuviera que depender «de una mayoría parlamentaria concreta», salvo que esta fuera «una gran mayoría». «Si te apoyas en una mayoría de circunstancias y mañana cambia y otra mayoría revisa esa ley, ¿eso significa que hay que olvidar? ¿Que la historia es distinta?».
Con mucha mayor crudeza en sus argumentos, la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, calificó el acuerdo de Sánchez con Bildu en este punto de «la mayor infamia política de la historia reciente de España». E insistió: «No sé en qué momento un socialista y un político que defiende a etarras pueden ver lo que ha pasado y pasa en España desde el mismo punto de vista».
Díaz Ayuso se rebeló contra tal acuerdo porque «una democracia no puede permitir que sean sus enemigos declarados los que decreten esa memoria». Y teme que «todo lo que ha hecho ETA ha sido rentable; de hecho, Bildu está políticamente más fuerte que nunca y cerca de su sueño».
Promesa y desconfianza
En Génova, ayer se ponía el foco en la «emoción» que suscitó el homenaje a Miguel Ángel Blanco el domingo, pero también se dirigieron críticas al Gobierno por su acuerdo con Bildu. «La Ley de Memoria Democrática es ya para siempre la ‘ley Bildu’», dijo el vicesecretario de Acción Institucional del PP, Esteban González Pons, quien reiteró el compromiso adquirido por Alberto Núñez Feijóo: si el PP llega al Palacio de la Moncloa, restaurará la «memoria» eliminando la norma pactada entre Sánchez y la coalición que integra a los herederos de la ilegalizada Batasuna, antiguo brazo político de la disuelta ETA. «Jamás se nos habría ocurrido tildar a Felipe González como presidente antidemocrático», dijo González Pons, en alusión a la enmienda aprobada con Bildu que crea una comisión de estudio para el reconocimiento de víctimas de violaciones de derechos humanos hasta 1983 incluido, informa Nati Villanueva.
En la madrileña calle de Bambú, en la sede nacional de Vox, la promesa del PP genera desconfianza y ayer tanto su vicesecretaria de Portavocía, Patricia Rueda, como su vicepresidente político, Jorge Buxadé, remarcaron que solo con ellos en un futuro ejecutivo se podrá derogar realmente la Ley de Memoria Democrática. El sábado, en Vitoria, Vox participó en unas jornadas para denunciar los «pactos de la vergüenza» y ayer en la rueda de prensa posterior al Comité de Acción Política tuvo lugar la continuación.
El partido de Santiago Abascal, para presionar al PP, ha trasladado a los populares el borrador de un decreto de reconciliación en Castilla y León y, además, registró ayer iniciativas en todos los Parlamentos autonómicos para promover la derogación de las leyes de memoria histórica autonómicas. Buxadé señaló a Juanma Moreno, que cuenta con mayoría absoluta.
El PP lamenta que la Ley de Memoria Democrática quede para siempre como la ‘ley Bildu’ y promete restaurar «la memoria»
Vox cuestiona la intención de los populares y plantea la derogación de todas las leyes autonómicas de memoria histórica