«Estamos vendiendo a precios irreales, pero bajarán una vez se acabe el ahorro acumulado»
José Rodríguez Pousa CEO de Sercotel La cadena de los Gallardo quiere tener abiertos 100 hoteles en toda España para el año 2025
Las hoteleras afrontan la temporada de verano más importante de su historia con la amenaza de más nubarrones a la entrada del otoño por una posible caída del consumo. La cadena de los Gallardo (los máximos accionistas de la farmacéutica Almirall), Sercotel, afronta este periodo con euforia, al calor de unas ocupaciones y precios que no cabían ni en la mejor de sus expectativas hace meses. Y no creen que el ritmo se frene demasiado en el último trimestre.
—¿Un buen número de hoteleras ha necesitado el apoyo del Estado para sobrevivir, ¿pensaron en algún momento pedir el rescate a la SEPI?
—Solo acudimos a los ICO. Dimensionamos esa petición pensando en el peor de los casos. El sector es clave y si viene una crisis como la de la pandemia hay que ayudarlo. Pero no se puede negar que las cadenas que han recibido apoyo público de ese tamaño nos la encontramos todos los días en la calle compitiendo con nosotros por expandirse.
—¿Cuál era vuestra situación antes de la crisis sanitaria?
—Nosotros no tenemos ladrillo. Solo alquiler. En pandemia entramos con cero deuda y caja positiva. Teníamos la ventaja competitiva de no tener ese pasivo. Acudimos a los ICO, porque cuatro meses cerrados no lo soporta nadie. Con los caseros también llegamos a acuerdos. No dejamos de pagar la renta a ninguno de ellos y todos nos ayudaron. Seguiremos con el modelo de no tener hoteles en propiedad.
—¿Qué planes tiene para los próximos años, ¿cómo se va a expandir la cadena?
—Antes de pandemia gestionábamos 20 hoteles y comercializábamos 145. Ahora hemos reducido a 110 para centrarnos en gestionar y en franquiciar. Ya estamos operando 50 establecimientos, de los cuales 10 están en construcción, por tanto, hemos duplicado. Nuestro plan es tener abiertos 100 hoteles en España en 2025. Estamos ya prácticamente en todas las capitales de provincia.
—A pesar de su apuesta por el segmento urbano, ¿se han contagiado también del ‘boom’ turístico de este verano?
—Hasta febrero y marzo seguíamos con la incertidumbre. Ahora tenemos una demanda fuera de cualquier consideración previa y expectativa que teníamos y esperamos que se extienda al otoño. La recuperación de los viajes de negocios harán que septiembre, octubre y noviembre sean meses muy fuertes, como así nos marcan nuestras reservas actuales.
—¿Ese aumento de demanda llevará consigo precios más altos además de por la inflación?
—Hay ‘efecto champán’. Para julio y agosto estamos vendiendo a precios irreales; a un promedio del 20% por encima de 2019 y con picos mayores en últimas habitaciones. Madrid, Barcelona, Málaga y Valencia son donde más están subiendo. Los precios que estamos viendo desaparecerán una vez acabe la hiperactividad de los viajeros, que ocurrirá cuando se agote el ahorro acumulado, y ya veremos si por debajo de 2019.
—¿Están notando algún cambio de hábitos en sus clientes por la pérdida de poder adquisitivo?
❝ «Barcelona se posicionó mundialmente en los Juegos Olímpicos de 1992; Colau no puede actuar en contra de eso»
—De momento no, aunque se ha recuperado la anticipación en las reservas. Hemos vuelto a la media de 25-30 días que teníamos antes de la pandemia. También ha vuelto la reserva sin cancelación. En Madrid y Barcelona, estuvimos en junio en una media de ocupación del 85% con picos del 90%.
—¿Serán estos precios suficientes para combatir la pérdida de rentabilidad que están dejando los costes energéticos?
—Nos han subido todos los costes. No solo la energía, también alimentos y bebidas. Estamos combatiendo esta pérdida de márgenes con nuestra apuesta tecnológica y en 2023 ganaremos competitividad gracias a ello. También tenemos que ganar cuota por canales propios y reducir la intermediación. —Algunos hoteleros se han mostrado públicamente en contra de la gestión turística del ayuntamiento de Colau. Ustedes tienen la sede central en Barcelona y buena parte de su operativa en la ciudad condal.
—Al final, Barcelona responde como ciudad y desde los juegos olímpicos de 1992 el turismo es uno de los principales motores, tras posicionarse a nivel mundial. No puedes hacer cosas que vayan en contra de ello. El equipo de Colau ya empieza a rectificar. Primero fueron contra los grandes eventos, pero luego vieron que son claves para la ciudad. Luego con los cruceros, pero cuando desaparecieron en pandemia la ciudad lo pasó mal, ahora parece que ya rectifican.