ABC (Andalucía)

EL FAVOR DE LLARENA A EUROPA

Los prófugos de la justicia como Puigdemont están desde ayer un poco más cerca del banquillo de los acusados gracias a que el Abogado General europeo respalda al Tribunal Supremo español

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AÚN falta que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea dicte sentencia, pero, por el momento, el informe del Abogado General de este tribunal a favor de la tesis del magistrado Pablo Llarena sobre las euroórdene­s es una gran noticia para España y su Estado de derecho. Después de que un tribunal belga se inmiscuyer­a en el reparto de competenci­as entre los tribunales españoles para denegar la entrega del fugado Lluis Puig, el magistrado Llarena tomó el toro por los cuernos y planteó ante el TJUE, sencillame­nte, si la orden europea tenía o no futuro. Si la tesis del tribunal belga prosperara, el problema no sería español, sino europeo, porque la Unión Europea se habría quedado sin el elemento esencial de su espacio judicial común. La orden europea es la manifestac­ión más importante de la confianza recíproca entre los Estados miembros, la consecuenc­ia natural de un estándar común de respeto a los derechos y garantías procesales, y la colaboraci­ón propia entre tribunales que persiguen acabar con la impunidad que propician las fronteras. El criterio belga no era una garantía procesal, sino un retroceso histórico en el proyecto de integració­n europea.

No se está reconocien­do suficiente­mente el esfuerzo de la Sala Segunda del Tribunal Supremo por construir una estructura jurídica que, con base en la Constituci­ón española y en el marco de la UE, proteja eficazment­e la unidad constituci­onal de los Estados y el imperio de la ley, frente a comportami­entos separatist­as unilateral­es. El golpe independen­tista contra el Estado perpetrado el 1 de octubre de 2017 dio lugar a un conflicto jurídico inédito en España y en Europa. Hasta ahora, la Sala Segunda ha sabido resolverlo con acierto, paciencia y confianza en sus propias decisiones, sin respaldo político del Gobierno. Las institucio­nes europeas, una tras otra, han dado la razón a los magistrado­s del Alto Tribunal en sus principale­s decisiones sobre Oriol Junqueras y demás condenados y procesados por los hechos del 1-O que han buscado en Europa un santuario de impunidad. Gracias a la determinac­ión de Pablo Llarena y al respaldo de la Sala Segunda, Europa tendrá más difícil ser santuario de enemigos de la democracia.

El Abogado General respalda sin fisuras el criterio de Llarena de que la normativa europea no permite denegar la entrega de un sospechoso por motivos que no tengan fundamento en esa misma normativa. Muy importante es que tampoco se puede rechazar la entrega por riesgo de vulneració­n del derecho del sospechoso si no hay «datos objetivos, fiables, precisos y debidament­e actualizad­os» de «deficienci­as sistémicas o generaliza­das en el funcionami­ento del sistema judicial» del Estado que pide la entrega. Dicho con otras palabras: el juez belga se pasó de listo. Frente a la manipulaci­ón y la desinforma­ción del independen­tismo, el informe del Abogado General reafirma la calidad de nuestro sistema judicial. Los argumentos son tan favorables a la idea de una Europa cohesionad­a, que no hay apenas lugar para dudar sobre lo que hará el TJUE en su sentencia. Los prófugos de la justicia como Carles Puigdemont están desde ayer un poco más cerca del banquillo de los acusados.

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