El CGPJ no garantiza que en dos meses haya consenso para el TC
▶ Lesmes dice que cumplirá la ley y habrá Pleno, pero recuerda que los dos jueces tienen que salir con 12 de los 19 votos ▶ Algunos vocales, indignados con el plazo impuesto, no descartan bloqueos
Cuando en el debate de toma en consideración de la reforma exprés del CGPJ el diputado Javier Ortega Smith ironizó con que al PSOE solo les faltaba «la nocturnidad» en la tramitación de esta proposición de ley –que, según él, ya se había hecho con premeditación y alevosía– probablemente no se imaginaba que apenas unas horas después, de noche, los socialistas presentarían una enmienda a su propia ley para marcar plazos al CGPJ y maniatarle en tiempos además de en atribuciones. El 13 de septiembre, cuando habrán transcurrido tres meses desde el vencimiento del mandato del tercio de los magistrados que corresponde renovar a CGPJ (dos) y al Gobierno (otros dos), es la fecha tope para convocar el Pleno. Dos meses desde ahora con el de agosto por medio.
Si la propia reforma, que rectifica la del año anterior para que el CGPJ pueda nombrar a dos jueces en el órgano de garantías, ya había levantado ampollas entre los vocales, la autoenmienda introducida el miércoles in extremis ha encendido más los ánimos de unos vocales que, además, se sienten ninguneados tras haber ignorado el Congreso su petición de ser oídos. En conversación con ABC vocales de distintas sensibilidades tildaban ayer de «descortesía» y «falta de respeto institucional» esta enmienda, pues responde, comentan, a una «finalidad espuria»: la de anteponer el control del TC al «tan necesario» acuerdo para la renovación del CGPJ, en funciones desde diciembre de 2018.
No se oculta en el Consejo que lo deseable es el acuerdo entre los dos principales partidos para renovar el órgano y no se termina de entender la cerrazón del Gobierno cuando el lunes, casi en paralelo al anuncio de las propuestas de regeneración del vicesecretario institucional del PP, Esteban González Pons, la portavoz Isabel Rodríguez, primero, y Bolaños, horas después, cerraron la puerta a cualquier posibilidad de acuerdo. Algunos vocales no pierden la esperanza en que ese acuerdo finalmente tenga lugar, porque incluso hay consejeros progresistas que ven con buenos ojos el pacto por la justicia propuesto por Feijóo, al ir en la línea que marca Europa y que pasa por acabar con esa imagen de politización que tanto daño hace a este poder del Estado.
Pese al malestar que este nuevo condicionamiento del plazo ha suscitado en el Consejo, la mayoría no se siente concernida por él. Y ello porque aunque se puede poner fecha a la convocatoria de un Pleno, los consensos ya son otra cuestión y ninguna norma puede forzar a los vocales a que emitan votos contrarios a su voluntad cuando se trata de nombramientos, además, que requieren mayorías cualificadas de tres quintos. Los candidatos al TC que los vocales propongan tienen que salir adelante con el apoyo de 12 de los 19 vocales que conforman ahora el Consejo.
Ayer, desde La Palma, donde visitaba una oficina judicial, el presidente del CGPJ, que también lo es del Supremo, Carlos Lesmes, señalaba que convocará un Pleno y fijará el orden del día antes del 13 de septiembre, si bien recordó que son los vocales los que tienen que sacar adelante el nombramiento de estos dos magistrados. «Me esforzaré
La enmienda del Gobierno puede poner fecha límite a un Pleno, pero si no hay acuerdo entre los vocales los nombramientos no saldrán
en que esa situación se produzca pero no la puedo garantizar, lógicamente», confesó ante los medios.
Aunque lo deseable sería que esos dos jueces (tradicionalmente uno de perfil progresista y otro de perfil conservador) fueran avalados por una holgada mayoría, lo cierto es que en este momento las posturas de los vocales están muy difusas, desde los partidarios de votar en blanco –fue este runrún el que precisamente llevó al PSOE a poner plazos ante un posible bloqueo en el propio órgano– hasta los que estarían dispuestos a votar ya a esos magistrados para terminar con esta situación. Entre medias, los que brindarían su apoyo solo a candidatos cuyo mérito y capacidad esté fuera de toda duda.
Lo que parece claro es que no habrá rebelión alguna y que se cumplirá la ley por sentido institucional, el primero Lesmes, cuya intervención, ayer, fue absolutamente conciliadora hasta el punto de que valoró positivamente el restablecimiento de parte de las competencias en materia de nombramientos, lamentando, eso sí, que no se hubiera hecho lo propio con las relativas a las vacantes en elTribunal Supremo, que atraviesa una situación complicada, con 14 plazas sin cubrir. Lesmes abogó por el acuerdo y volvió a instar a Gobierno y PP a que se sienten a hablar. «No sé por qué es tan difícil», dijo.
Fuentes del CGPJ se muestran convencidas de que su presidente empezará a buscar el consenso en el grupo progresista por ser el más proclive a que esta votación se produzca. Con ese grupo, los dos vocales que votaron en blanco el lunes y el propio aval de Lesmes se necesitarían solo dos votos del sector conservador para dar luz verde a esos nombramientos.