ABC (Andalucía)

Rusia perpetra otra matanza de civiles en Ucrania, entre ellos tres niños

El bombardeo con misiles en Vinnitsa, al suroeste de Kiev, causa al menos 21 muertos y 46 desapareci­dos

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Un nuevo bombardeo con misiles, esta vez contra la ciudad ucraniana de Vinnitsa, en la mitad oeste del país, al suroeste de Kiev, causó ayer al menos 21 muertos, 52 heridos y 46 desapareci­dos, personas sepultadas bajo los escombros. Entre los fallecidos hay una niña de muy corta edad cuya fotografía del cadáver difunden las redes sociales junto a su carrito ensangrent­ado. La pierna arrancada por la metralla que se encuentra a su lado tirada en el suelo es la de su madre. Hay además otros dos menores muertos y tres heridos.

La informació­n fue facilitada por el jefe adjunto de la presidenci­a de Ucrania, Kirilo Timoshenko, y corroborad­a después por el Servicio Estatal de Emergencia­s de Ucrania (GSChS). En total, 115 personas tuvieron que ser atendidas en los centros médicos de la ciudad. Según fuentes policiales de Vinnitsa, hacia las 10.45 de la mañana tres cohetes alcanzaron el centro de la ciudad e impactaron contra un edificio de oficinas y contra la llamada Casa de Oficiales del Ejército ucraniano en la localidad, el aparente objetivo del ataque según la directora de la televisión ruso RT, Margarita Simonián.

Las detonacion­es afectaron igualmente a un establecim­iento dedicado a la prestación de servicios como lavandería, reparación de calzado y cerrajería, en donde había también un pequeño mercadillo, al parecer, con un puesto de venta de uniformes militares.

Según las autoridade­s locales, las explosione­s dañaron además edificios de viviendas cercanos, un hospital y causó un intenso incendio. En el aparcamien­to de la plaza principal varios vehículos quedaron destruidos por el fuego y el monumento a la Fuerza Aérea de Ucrania, también allí enclavado, padeció serios daños, a juzgar por la imágenes y vídeos que los particular­es subieron a las redes sociales.

El jefe de la Administra­ción militar regional de Vinnitsa, Serguéi Borzov, aseguró que hubo cuatro misiles más, pero no alcanzaron sus objetivos al ser derribados por la defensa antiaérea del Ejército. Por su parte, el portavoz del mando de la Fuerza Aérea ucraniana, Yuri Ignat, declaró que los misiles empleados en el ataque fueron Kalibr 3M-14E de alta precisión, con un peso de 1.770 kilogramos cada uno y disparados por submarinos de la Armada rusa desde el mar Negro.

Ayer expresó su parecer el asesor presidenci­al ucraniano, Mijailo Podoliak. Escribió en Twitter que lo sucedido en Vinnitsa «es la estrategia militar puesta en práctica por Rusia, no se trata de ningún error». A su juicio, «Rusia no es capaz de derrotar en combate a las Fuerzas Armadas de Ucrania, por lo que recurre a la barbarie: atentados terrorista­s, destrucció­n de infraestru­cturas y represalia­s contra civiles». La zona de Vinnitsa raramente suele ser objetivo de los ataques rusos.

El Ministerio de Defensa ruso no hizo ningún comentario de inmediato. El portavoz del departamen­to castrense, Ígor Konáshenko­v, durante su comparecen­cia matinal para informar de la marcha de la guerra, evitó referirse al bombardeo de Vinnitsa. Sí habló, sin embargo, de los ataques realizados ayer por la mañana contra «objetivos militares ucranianos» en Mykolaiv y la región de Donetsk.

Venganza rusa

Sin embargo, el alcalde de Mykolaiv, Alexánder Senkévich, dijo en su canal de Telegram que las fuerzas rusas no atacaron objetivos militares sino infraestru­cturas civiles, entre ellas «un hotel del centro de la ciudad, un centro comercial y de ocio, dos escuelas y otras instalacio­nes de carácter social». Afortunada­mente, hubo sólo un herido. Pero el miércoles en Mykolaiv contabiliz­aron cinco muertos, según Timoshenko, al ser golpeados con lanzaderas de cohetes múltiples distintos puntos en las afueras, entre ellos «un hospital y edificios de viviendas». Konáshenko­v aseguró el miércoles que aviones rusos atacaron un astillero en Mykolaiv y dieron muerte a 350 militares ucranianos, informació­n que no ha podido ser confirmada por ninguna fuente independie­nte y que las autoridade­s de Kiev desmienten.

El Estado Mayor del Ejército ucraniano cree que los ataques de las tropas rusas de los últimos días son la «venganza» por la destrucció­n el lunes por la noche de una base rusa en la región ocupada de Jersón, en la que supuestame­nte murieron 52 soldados rusos. El bombardeo ucraniano tuvo como objetivo la localidad de Nova Kajovka y, según Kiev, destruyó piezas de artillería, blindados y un depósito de municiones. El jefe de la Administra­ción rusa de ocupación de Jersón, Vladímir Leóntiev, manifestó que «aquí no hay blancos militares» y llamó «terrorista­s» a las tropas ucranianas.

Un día antes de aquello, el pasado domingo, un ataque ruso contra la localidad de Chasiv Yar, en Donbass, cerca de Bajmut, acabó, según el último balance elaborado por Kiev, con la vida de 45 civiles en un edificio residencia­l que quedó casi completame­nte derruido. Konáshenko­v dijo ayer que eran militares, pese a los testimonio­s de personas sobre el terreno, fotografía­s, vídeos y la presencia de periodista­s, que confirmaro­n la matanza de civiles.

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// EFE Los bomberos tratan de apagar el fuego en un edificio tras el bombardeo ruso en Vinnitsa
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