Bruselas dispara la previsión de inflación de España al 8,1% en 2022
► La Comisión mantiene el pronóstico de crecimiento para este año en el 4% y rebaja el del que viene al 2,1% ► La posibilidad de que Rusia interrumpa el suministro de gas «es más que una posibilidad»
Bruselas recorta sutilmente sus perspectivas de crecimiento para España. Aunque mantiene su pronóstico para este año, reduce el del año que viene del 3,4% anunciado en mayo al 2,1% que prevé ahora, además en un entorno en el que la inflación seguirá disparada y terminará el año en un inquietante 8,1%, por encima de la media de la zona euro que de todos modos está en el 7,6%. El Gobierno cree, al contrario, que las previsiones refuerzan su política porque según la vicepresidenta económica Nadia Calviño, «pese a las incertidumbres actuales y la rebaja de la previsión de crecimiento del conjunto de la UE, España mantendría en 2022 la mayor tasa de crecimiento entre las grandes economías de la Unión Europea». La Comisión sin embargo ha dicho ahora que «la brecha con el nivel del PIB anterior a la pandemia se cierre en la segunda mitad de 2023, cuando se espera que las tasas de crecimiento trimestrales recuperen el dinamismo». Lo que significa retrasar un trimestre la recuperación de la tasa de actividad anterior a la pandemia.
En el conjunto de la UE, la Comisión trabaja pensando sobre todo en las consecuencias de la guerra de Ucrania y contempla el riesgo de que se corte totalmente el gas ruso como «más que una posibilidad, pero a la que un no hemos llegado». En cuanto a los países, además de Alemania y ese potencial frenazo en su suministro energético, en Bruselas empieza a inquietarse por Italia y su tendencia a la inestabilidad política que el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, que es italiano, contempla «con estupor y preocupación».
Por lo que se refiere a España, el Ejecutivo comunitario aumenta la previsión de la inflación al 8,1% en 2022, frente al 6,3% que apuntaba en sus previsiones de primavera. Una cifra que se sitúa debajo de la media comunitaria, del 8,3% aunque supera el 7,6% esperado para la zona euro. En cuanto al crecimiento del PIB mantiene el 4% de perspectiva de crecimiento para este año, a pesar de que también prevé que en otoño «se espera que el consumo privado se mantenga bajo presión en un contexto de alta inflación y débil confianza del consumidor» debido a un «impacto más pronunciado de la inflación en el poder adquisitivo de los hogares». Los técnicos de la Comisión consideran que ello puede compensarse «con el regreso del turismo a los niveles previos a la pandemia».
Bruselas pronostica, sin embargo, que hacia fines de año «la actividad económica vuelva a desacelerarse a pesar de una implementación más rápida de las inversiones bajo el Plan de Recuperación y Resiliencia, ya que se espera que los hogares ajusten sus decisiones de consumo a los precios más altos y la incertidumbre económica».
«En el 2023 se espera que las tasas de crecimiento trimestrales recuperen el dinamismo» pero se traducirá en un repunte del PIB de España del 2,1%, hasta 1,3 puntos porcentuales menos de lo previsto en primavera y un 2,3% menos respecto a las previsiones de inicio de este año, lo que confirma en realidad un proceso constante de desaceleración. Como dice el Gobierno, la cifra se sitúa, en todo caso, por encima del 1,5% de crecimiento previsto en 2023 para la media comunitaria y del 1,4% de la zona euro. La vicepresidenta primera, Nadia Calviño se considera satisfecha porque «España tendrá un crecimiento más intenso que las principales economías de la Unión Europea».
La número dos del Ejecutivo insistió en varias ocasiones, en que en un contexto de revisión a la baja de las previsiones, «todos coinciden en prever un crecimiento más fuerte para España en 2022 y 2023, por encima de la media de la UE y de las grandes economías de nuestro entorno». Sobre el hecho de que Bruselas haya incrementado al alza su previsión de inflación a final de año para España, del 6,3% que estimaba en primavera al 8,1% de ayer, Calviño apuntó que «las previsiones comunitarias confirman que la inflación es un fenómeno global, que se está viendo agravado por la evolución de los precios internaciones y la guerra de Putin».
Para la vicepresidenta económica, lo más importante es que «la Comisión recoge una referencia a que las medidas del Gobierno contribuirán a moderar el alza de precios en la segunda mitad del año». De igual modo, ha añadido que la cifra de inflación para este año y el próximo están por debajo de la media comunitaria y que «ha
brá un desaceleración de esos precios – en referencia a los de la energía – en el curso de 2023».
Además, en 2023, la Comisión espera que la inversión, basada en el Plan de Recuperación y Resiliencia, es decir, el dinero europeo, «sea el principal motor de la demanda».
Todo depende de Rusia
Sobre el hecho señalado desde Bruselas de que, en el segundo semestre del año, el crecimiento se ralentizará, la vicepresidenta Calviño explicó que «la evolución de la segunda parte del año va a depender de cuáles puedan ser las acciones de Rusia y su impacto sobre las grandes economías europeas». En su opinión, es muy destacable que en un momento en que «la Comisión Europea está revisando las previsiones de crecimiento, en un escenario de prolongación de la guerra y mayor incertidumbre», se le sigue adjudicando a España un crecimiento mayor frente a otros países comunitarios.
El comisario Gentiloni respondió también a las preguntas sobre los efectos negativos de las sanciones económicas a Rusia y dijo que la situación actual «se debe directamente a la invasión Rusia que ha distorsionado los efectos de la reapertura de las economías después de la pandemia».