El calor reactiva los focos y pone en apuros a Cáceres y Salamanca
► El incendio en Las Hurdes se complica y se declara otro que amenaza el Parque Nacional de Monfragüe ► Las llamas obligan a evacuar un campamento de niños y un monasterio de monjes en Castilla y León
El norte de la provincia cacereña de Las Hurdes está arrasado. «Negro», lloraba Ana, al abrir la ventana de su casa cerca de Las Mestas. Pero la evolución durante la mañana era todavía «incierta», según los equipos de extinción en Extremadura, que congrega a 300 efectivos. Por la tarde, el sofocante calor reavivó la llama estabilizada, que no apagada del todo, y el parque de la alquería de Las Mestas, en el término municipal de El Ladrillar y en la zona limítrofe entre las provincias de Cáceres y Salamanca, tuvo que ser evacuado de urgencia por un incendio que se declaró con nivel 2 de peligrosidad. Los bañistas que se encontraban a esa hora en la piscina natural no daban crédito a las columnas de humo formadas casi de un momento a otro.
Los vecinos de esta población cacereña fueron trasladados a Montehermoso; las personas más vulnerables fueron dirigidas a La Pesga, Hernán Pérez y Torrecillas. Se unen a los residentes de otros seis núcleos, que no han regresado aún a sus casas. Son de El Ladrillar, Cabezo, La Horcajada,
Aceitunilla, Batuequilla y Riomalo de Arriba.
Esta área está muy próxima al punto donde, el pasado lunes, empezó el gran incendio cacereño que saltó a la sierra salmantina pasadas las horas. También muy cerca de este punto se ubica el Monasterio de San José de Las Batuecas, de la orden de los Carmelitas Descalzos, en la vertiente salmantina del monte, desalojado ayer de urgencia. Los religiosos fueron trasladados a La Alberca, según los últimos datos que ofreció el director de extinción del incendio en Extremadura, Francisco García Navarrete. Las previsiones meteorológicas –explicó– no invitaban al optimismo, por el calor crítico y porque existe la posibilidad de tormentas con viento racheado de 55 kilómetros por hora que complicaron ayer las labores de extinción de un personal que está trabajando en unas condiciones extremas.
Por su parte, la directora general de Emergencias, Protección Civil e Interior, Nieves Villar, insistió en que pese a que el fuego dio respiro durante la mañana y permitió avistar la posibilidad de estabilizarlo, la situación «es muy complicada» y puede haber, como así sucedió, reactivaciones importantes de los focos. Al filo de la media tarde, se desató otro incendio en las proximidades del Parque Nacional de Monfragüe, de nivel 2 de peligrosidad. Este fuego se declaró en Casas de Miravete, localidad cercana al parque. La Junta de Extremadura solicitó el apoyo en la extinción de la Unidad Militar de Emergencias (UME) porque las llamas avanzaban con «mucha fuerza».
Noches de mucho trabajo
Por otra parte, en la vertiente salmantina del incendio inicial en Las Hurdes, que saltó a la carretera que une Las Mestas y La Alberca, ayer el operativo contraincendios consiguió, al menos, frenar el avance de las lenguas de fuego después de tres días muy difíciles, si bien el operativo esperaba una noche –esta madrugada– aún laboriosa. Esta nueva catástrofe natural se ceba con las dos provincias, Cáceres y Salamanca, y ha abrasado más de 7.000 hectáreas, al cierre de esta edición. El fuego quemó primero más de 4.000 hectáreas en Cáceres y entró en el Parque Natural Las Batuecas-Sierra de Francia. Allí el área afectada hasta el momento es de 2.800 hectáreas, con un perímetro de casi 29 kilómetros.
El término municipal de Monsagro está siendo el más afectado, hasta el punto de que el pasado martes fue necesario evacuar a su centenar de vecinos debido a la densa humareda que se había apropiado del municipio.
Además, durante las labores de extinción, en la jornada de ayer resultó herido tras una caída un bombero de la Diputación de Salamanca que tuvo que ser atendido en el centro de salud.
El portavoz de la Junta de Castilla y León, Carlos Fernández Carriedo, reconoció que será necesario «estar muy atento» ante el «reto» de lograr que las llamas no se reactiven, lo que avanzó llevará el trabajo «intenso» en los próximos días. La Consejería de Medio Ambiente anunció a primera hora de ayer que las operaciones combinadas realizadas durante la noche en Monsagro lograron detener la cabeza de las lla
mas. Sin embargo, precisó que aún existe «mucho riesgo de reactivaciones».
El portavoz quiso reconocer el trabajo conjunto de todos los profesionales que participan en las labores de extinción y remarcó la «buena» colaboración entre las dos comunidades y precisó que el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y el extremeño, Guillermo Fernández Vara, en contacto «permanente».
Un segundo foco activo en Salamanca y que afecta al municipio de Candelario, en plena Sierra de Béjar, obligó a desalojar un campamento con 49 niños y 11 monitores. Hoy todos podrán regresar a sus casas en Jerez de la Frontera.
Verano de fuego
En Castilla y León ven reproducirse las tragedias forestales. Hace una semanas la primera ola de calor traía consigo un grave incendio en la sierra de la Culebra (Zamora) donde el fuego destruyó 24.000 hectáreas, según el balance final oficial; ahora en Salamanca se añade la afección a un paraje natural de los más bellos de la provincia, una zona que vive, sobre todo, del turismo. La misma factura le pasará el fuego a Las Hurdes, donde ayer los hosteleros se quejaban de la parálisis de las reservas, con numerosas cancelaciones, para un lugar donde el 50% de las reservas del año corresponden a esta época del año.
La organización SEO/BirdLife ya ha advertido de que los incendios de Cáceres y Salamanca están destruyendo algunos de los mayores bosques de coníferas de ambas provincias. Según la ONG, el fuego está afectando a zonas de «alto valor ecológico», incluyendo espacios de la Red Natural 2000 y hábitats protegidos por la Unión Europea.