«No voy a cambiar una puta coma de todo lo que he escrito en mi vida»

❝ ¿De derechas?

«Ahora cualquiera que no sea de cierta corriente es un facha. Yo nunca he sido ni facha, ni rojo, ni pijo»

—¿Por qué seguís en la carretera?

—Es una forma de vida. Si me quedo en casa dos meses estoy hasta los huevos.

—¿Os cuidáis ahora, tipo Mick Jagger?

—No nos hemos cuidado nunca, pero ahora sí. Tampoco nunca hemos sido de pasarnos con drogas o borracheras. Yo en mi puñetera vida he salido al escenario borracho.

—¿No? ¿Nunca?

—En mi vida. Ni fumado tampoco.

—¿Ni un poco entonado?

—No, no, nada, nunca. Yo eso lo he respetado. Después del concierto, las borracheras que quieras. Pero cantando siempre sobrio. Ahora ya ni después.

—¿Esa vida sana quita frescura a la banda?

—No, porque eso ya lo hemos vivido. En el 86, por ejemplo, dimos 138 conciertos. De ellos, 28 solo en agosto. Todos los días volvíamos como cubas, dormidos en la furgoneta hasta el siguiente bolo. Ahora no podemos permitirnos el lujo.

—¿Sigue la locura de las fans como en aquellos años?

—Queda, pero menos. Ahora nos sorprende que una niña se ponga a llorar por un tipo de sesenta años. Es como ‘cálmate, niña’ (se ríe).

—¿Estáis más domesticados?

—Vamos a ver, ya no podemos dar tantos saltos. Pero la gente nos dice que sonamos como siempre, tocamos ‘Indiana’ o ‘Marta tiene un marcapasos’ con la energía de siempre.

—¿Con ganas de volver a casa?

—Claro. Yo tengo hijos, familia. Pero si no estuviera arrastrando maletas por aeropuertos y hoteles me sentiría vacío. Necesito esto.

—Siempre habéis vivido entre el éxito total y el desprecio. Que si erais pijos, que si ahora sois de derechas…

—Ahora cualquiera que no sea de cierta corriente es un facha. Yo nunca he sido ni facha, ni rojo, ni pijo. No fuimos pijos en la puta vida. Tocábamos en Pachá y estaba hasta arriba de chicas guapísimas, pijas de la hostia. Pero donde reventábamos de verdad era en Getafe, en Leganés… Yo no he ido en mi vida a una regata, ni juego al polo, ni voy al hipódromo ni su puta madre. Ni me he gastado más de quince euros en una camiseta. Pero he tenido que cargar con ese sambenito idiota.

—¿Y lo de ser de derechas?

—Yo tengo amigos de todas las ideologías. Puedo ser amigo de Sabina y de Willy, de Taburete. Mis amigos no lo son porque voten a uno u otro. Quiero aprender de todos.

—También os ha llegado la ola de la corrección política…

—A mí me han llamado la atención por ‘Voy a pasármelo bien’, por lo de la ‘agendilla de teléfonos’. A ver, Marta, María del Mar, Ana, Elena… Eran nuestras novias. Era un gesto de cariño hacia ellas. El que lo critica es alguien con una cabeza llena de mierda. Antes nadie hacía estos revisionismos idiotas. Lo mismo con ‘Sufre mamón’ y lo de ‘marica’. Lo único que digo es: no voy a cambiar una puta coma de todo lo que he escrito en mi vida. Lo hacía para que la gente se lo pasara bien, nunca para ofender, en ese momento no era ofensivo. No pienso pedir perdón.