Los populistas del M5E han pasado de ganar las elecciones de 2018 a la irrelevancia política
► Ese año obtuvieron el 33% de los sufragios. Hoy solo llegan al 10% en intención de voto
Al estupor y la consternación por la dimisión de Mario Draghi se añade la incredulidad y un interrogante: ¿Cómo es posible que al italiano con más prestigio internacional, un primer ministro que ha restituido la credibilidad al país, lo echen del Gobierno de mala manera los populistas del Movimiento 5 Estrellas (M5E), abriendo una crisis de imprevisibles consecuencias? Son varias las razones, entre ellas la tremenda inmadurez demostrada por un partido populista, con el débil liderazgo del abogado Conte, el antecesor de Draghi. El partido antisistema fundado en 2009 por Beppe Grillo, un cómico que ya no hacía reír, prometió cargarse el sistema. Hoy los daños causados están a la vista de todos.
Contra la ‘casta’
Como partido populista, el M5E nació en nombre de la antipolítica, contra el sistema y con la agitación demagógica como método de acción. El cómico Grillo gritaba en los mítines a sus seguidores: «Hay que hablar a la panza de la gente, no al cerebro». El Movimiento ganó las elecciones de 2018, al recibir el voto (33%) de la protesta contra la ‘casta’ política. Muy pronto el M5E se convirtió en un partido más del sistema, demostrando su incapacidad para gobernar por carecer de clase política.
El ministro de Asuntos Exteriores, Luigi Di Maio abandonó recientemente el Movimiento con más de 60 parlamentarios, porque el M5E preparaba desde hace meses su salida del Gobierno. Ante la caída en picado (hoy no llega ni al 10 % en intención de voto), el ala más extremista del Movimiento pensó, confiando en la poca memoria del electorado, que saliendo del Gobierno y volviendo a la agitación demagógica y la protesta, podría conquistar algo del electorado perdido.
Con su irresponsable decisión, el M5E mira exclusivamente por sus intereses de ganar unos votos, pero abre las puertas a la derecha que, según las encuestas, hoy ganaría las elecciones. Y la derecha, en particular la Liga, eliminaría o modificaría muy sustancialmente la que ha sido la principal conquista y bandera electoralista del Movimiento: la renta de ciudadanía, una cantidad entre 780 y 1.330 euros que perciben trabajadores sin empleo o personas con dificultades económicas, una medida necesaria en tiempos de crisis, pero hoy es un subsidio con abusos y corrupción.