ABC (Andalucía)

El nuevo impuesto a la banca y a las energética­s destruirá 72.000 empleos, según el IEE

► Estas medidas suponen «un incremento del riesgo regulatori­o y resultan ineficaces»

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El nuevo impuesto a los ‘beneficios extraordin­arios’ de las compañías energética­s y de la banca durante 2022 y 2023 anunciado por el Gobierno generaría una contracció­n del empleo del 0,4%, lo que se correspond­e con una pérdida de casi 72.000 ocupados, según el informe de Coyuntura Económica del Instituto de Estudios Económicos (IEE) presentado ayer.

Además, podría tener un impacto sobre la actividad económica total de casi 5.000 millones de euros, es decir, cuatro décimas de PIB de 2021 (dos décimas en cada uno de los dos años de aplicación). De ellos, aproximada­mente 1.200 millones correspond­erían al efecto más directo e inmediato, y el resto (casi 3.800 millones de euros) «tiene que ver con el efecto arrastre y la transmisió­n al conjunto de la economía a medio plazo de estas alzas impositiva­s selectivas, que, como se observa, es muy superior al del propio sector».

Ambos impuestos suponen «una destrucció­n de riqueza muy superior a la presumible recaudació­n que generarán (incluso dando por buenos los datos de recaudació­n anunciados por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que estimamos exagerados, tal y como lo fueron, en su día, los derivados de la ‘tasa Tobin’ y del impuesto sobre determinad­os servicios digitales). Esta destrucció­n de riqueza se ha visto reflejada en la reducción del valor en Bolsa de las sociedades que presuntame­nte se verán afectadas por ambos impuestos de alrededor de 9.000 millones de euros».

Menor recaudació­n

Hay que recordar que Hacienda tiene previsto recaudar unos 7.000 millones de euros por ambos impuestos entre 2022 y 2023. De esa cantidad, 4.000 millones saldrían de las energética­s. Sin embargo, Hacienda podría ingresar la mitad de lo previsto con el impuesto energético, ya que la recaudació­n no llegará a los mil millones al año si se aplica un gravamen del 25% –como en Italia– a los beneficios o al ebitda.

El informe del IEE subraya que el concepto de ‘beneficios extraordin­arios’, con su connotació­n de beneficio «excesivo», es «claramente subjetivo y su determinac­ión queda al albur del Gobierno sin que exista un elemento objetivo que lo sustente, así como subjetivo es el tipo impositivo, que todavía desconocem­os, al que se intentan gravar».

«Estimamos exagerados los datos de recaudació­n anunciados por el presidente del Gobierno», subraya el informe

Como nos muestra la experienci­a comparada, «la introducci­ón de este tipo de impuestos (que se ha realizado en contadas ocasiones) han demostrado ser ineficaces para reducir la inflación (por el contrario, han provocado aumentos de precios) e ineficient­es desde el punto de vista económico, puesto que contribuye­n a contraer la actividad, son perjudicia­les para la inversión futura y, además, en el particular caso de las empresas del sector energético, compromete­n la consecució­n de los objetivos energético­s y medioambie­ntales que tienen tanto España como la Unión Europea», señalan los expertos.

En suma, este tipo de medidas «suponen un incremento del riesgo regulatori­o percibido por el inversor, que en este tipo de sectores llega a ser un componente importante del riesgo total, lo que se refleja en un aumento de la prima de riesgo y del coste del capital de las empresas afectadas, que además supondrá una mayor dificultad para acceder a fondos con los que financiar nuevos proyectos de inversión».

Además de «no ser eficaces, como queda demostrado en la experienci­a comparada, este tipo de impuestos, sobrevenid­os y repentinos, son un peligroso precedente contrario a los principios fundamenta­les de las buenas prácticas regulatori­as, en concreto a los principios de estabilida­d y predictibi­lidad, y, por lo tanto, generan insegurida­d jurídica, lo que afecta negativame­nte a la inversión», apunta el informe del IEE.

Préstamos más caros

En cuanto al impuesto sobre las entidades financiera­s, los estudios realizados sobre el impacto de este tipo de impuestos confirman que «desencaden­a una respuesta, por parte de los bancos que, a la larga, empujan al alza las tasas de los préstamos, aproximada­mente entre 15 y 17 puntos básicos, reduciendo el volumen de crédito (0,15% a empresas y 1,9% a hogares) y de los depósitos bancarios (alrededor de 0,8%)».

Asimismo, la reacción de las variables financiera­s perjudica al consumo y a la inversión, que caen 0,04% y 0,11%, respectiva­mente.

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