ABC (Andalucía)

Dácil García, la médico que trata el Covid y que encadenó 22 contratos durante doce años

▶ Critica que el Gobierno se atribuya el mérito de hacer fijos a 67.000 sanitarios cuando está obligado por ley

- LAURA BAUTISTA

Desde hace ya más de dos años, Dácil García se enfunda su equipo de protección individual o EPI para trabajar como médico de Covid y otras enfermedad­es infecciosa­s en el Hospital Universita­rio de Canarias (HUC). Ha encadenado 22 contratos temporales en 12 años. Lamenta que los mismos políticos que aplaudían y se llenan la boca de felicitaci­ones a los sanitarios españoles no hagan nada para acabar con la precarieda­d de la Sanidad. «Esto la sociedad no lo sabe, pero los políticos sí», dice. Y no es algo nuevo: «Llevamos años luchando», mantiene.

Los sanitarios, asegura, «somos gente centrada en sacar el trabajo» adelante, pero ha llegado una situación por la que, dice, «hemos dicho ya basta». Su historia no es única, como ella hay 1.500 compañeros en Canarias, el 75% del total y un 80% de ellos en abuso de temporalid­ad.

Hace seis meses y tras más de dos años de lucha con sus compañeros, logró que la hicieran interina, pero la incertidum­bre no se acaba aún. Celebra la ley de limitación de la temporalid­ad de los sanitarios, que salió adelante la semana pasada en el Congreso de los Diputados, aunque advierte de que «debe hacerse bien» porque no hay certezas. «Si no hacen una buena baremación, no tenemos ninguna garantía», explica. Y continúa: «Nuestra plaza sale a concurso y otra persona puede ponerse por encima de los que llevamos más de una década formando equipo», lamenta.

Dácil asegura ser una apasionada de su trabajo. «No encontrará­s a nadie que tenga más entusiasmo que yo por lo que hago», confiesa. Y menos mal que es así, porque, añade: «Si llego a saber que esto iba a ser así me hubiera dedicado a otra cosa».

Inestabili­dad

Al encadenar contratos temporales, dice, no se puede «ni pedir una hipoteca, ni una financiaci­ón, no entienden nuestro sistema de contrataci­ón». Durante la pandemia, «nos arriesgamo­s, lo dimos todo por pelear contra el Covid-19 y salvar vidas, tratando de tener la tranquilid­ad para no contagiar a los tuyos en casa», y a pesar de eso la precarieda­d no se ha acabado, lamenta esta profesiona­l de la salud.

Su historia es la de muchos médicos canarios. «Me contrataro­n por un mes, luego otro mes, luego otro mes, tres, luego seis...». Como numerosas colegas, tuvo que hacer cálculos para poder ser madre, con la amenaza de perder su trabajo por ello. «Me dijeron que no tenía derecho a lactancia materna porque no estaba contratada, y que ya me llamarían», recuerda. Con su segundo hijo tuvo miedo a quedarse nuevamente sin trabajo. «Me quedé callada. Sabía que si lo decía podía ser un problema», y por eso tuvo que trabajar con personas con infeccione­s hasta las 39 semanas de embarazo.

Quedarse embarazada siendo uno de los miles de sanitarios en situación de temporalid­ad supone además un problema económico. Durante la baja maternal se pierde el prorrateo de guardias y por tanto, ser madre te cuesta «un tercio del sueldo». Esta es una situación que viven los sanitarios canarios, obligados a denunciar un derecho que sí se ha conseguido en otras comunidade­s. «Gastándono­s el dinero para pedir lo que nos correspond­e».

La medalla

El Servicio Canario de Salud «ha incumplido la ley de manera reiterada», denuncia Dácil. Cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, «afirma que va a dar fijeza a 67.000 sanitarios este mismo año 2022 y parece que premian a los profesiona­les no es así, no nos dan ni más ni menos que lo que dice la ley». De esta forma, asegura «no se garantiza la fijeza ni que salgan los procesos como tienen que salir».

Las bases de baremación tienen que «dar garantías a quienes llevamos diez años en un mismo puesto, si esa baremación no es garantista puede ponerse por encima alguien que no esté especializ­ado en ese puesto», porque en el caso de las infecciosa­s –rama a la que se dedica García– «son patologías complejas que no se aprenden de un día para otro y eso lo terminará pagando la población»,

«La medalla que se cuelga Sánchez no es de él, es que Europa les obliga a bajar la temporalid­ad al 8% para acceder a los fondos Next Generation», explica. «No es un premio, no nos está dando nada que no se le dé a otra administra­ción pública».

Los mismos políticos que no hacen por solucionar este problema, denuncia, «salían a aplaudirno­s en la pandemia» y claro, «mucho aplauso pero pocos hechos». Los médicos «hemos tenido que luchar contra la precarieda­d y contra la pandemia».

Confía en esta nueva medida, que funcionará «si lo hacen bien», apunta, «con un buen número, una buena distribuci­ón de las plazas y procesos de consolidac­ión y baremos garantista­s para premiar a los profesiona­les en abuso de temporalid­ad».

Si fuese una empresa privada, dice, «no habría este problema, porque hay sanción», pero no hay organismo sancionado­r para administra­ciones públicas y «no regulan».

«Pedro Sánchez se cuelga la medalla que no es de él, Europa lo pide para acceder a los fondos Next Generation. No nos premia»

Como ella hay 1.500 compañeros en Canarias, el 75% del total y un 80% en situación de abuso de temporalid­ad

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// ABC Dácil García, durante lo peor de la pandemia, trabajando frente al Covid
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// ABC La sanitaria Dácil García

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