ABC (Andalucía)

A sus órdenes, mi jeque

Un dirigente y militar kuwaití, un árbitro ucraniano, un gol corregido y un misterioso maletín: lío mundial en España 82

- ÁNGEL LUIS MENÉNDEZ

Y el colegiado, que había concedido gol a favor de Francia, acabó cediendo a las insólitas presiones del dirigente y lo anuló

Cuarenta años, casi medio siglo después, aún se desconoce el contenido del maletín marrón que portaba uno de los asistentes del jeque kuwaití que bajó del palco al césped del estadio Zorrilla de Valladolid durante un partido del Mundial de fútbol España 1982. Lo que sí se sabe es que el airado dirigente árabe obligó al árbitro ucraniano que dirigía el Francia-Kuwait a anular un gol galo.

Cada cuatro años, junio y julio son meses sagrados para los aficionado­s al fútbol. Durante 30 días se celebra el Mundial en el que participan países de todos los continente­s. En 2022, por vez primera, no será exactament­e así. Hay campeonato y se disputa en Catar, pero las altas temperatur­as veraniegas en ese país asiático y el poderío de los oligarcas árabes han hecho rodar las fechas tradiciona­les de los partidos hasta fijarlas en pleno invierno (español). Se jugará del 21 de noviembre al 18 de diciembre.

Los jeques ya estaban en el fútbol hace tiempo. Menos visibles y conocidos que actualment­e, su autoridad y capacidad de influencia eran similares.

Así, hace 40 años, precisamen­te durante la disputa del Mundial que organizó España en 1982 (13 de junio al 11 de julio), un jeque kuwaití protagoniz­ó en Valladolid un episodio insólito. En menos tiempo del que se tarda en escribir o pronunciar su nombre, Fahd Al-Ahmad Al-Yaber AlSabah se levantó del asiento que ocupaba en el palco del estadio Nuevo José Zorrilla, bajó hasta el césped y exigió al árbitro que anulase el gol que acababa de encajar su equipo. Su deseo le fue concedido.

Francia de Platini

Corría el 21 de junio de 1982 y se enfrentaba­n Francia y Kuwait en el segundo encuentro del Grupo 4 del Mundial de España. Los asiáticos jugaban su primera –y última hasta el momento– Copa del Mundo mientras que los galos, con el gran Michel Platini a la cabeza, formaban parte de la nómina de países candidatos al título. Aquel día, Francia dominó en el campo y en el marcador. Cuando ya ganaba 3-1 (Genghini, Platini y Six; y Al-Buloushi), sobrevino el escándalo.

En el minuto 80, una vertiginos­a y precisa combinació­n entre Genghini, Platini y Giresse finalizó en gol. Antes de que Giresse pise el área se escucha un pitido. Algunos futbolista­s asiáticos se paran y otros levantan la mano, pero el árbitro manda continuar, da validez a la jugada y señala el centro del campo.

Miroslav Stupar, colegiado ucraniano –entonces pertenecie­nte a la Unión Soviética–, se disponía a ordenar la reanudació­n del encuentro cuando él y todo el estadio percibiero­n un tumulto formado en una de las bandas, la más próxima a la zona del palco. Varios jugadores y miembros del cuerpo técnico de la selección de Kuwait miraban hacia la grada sin intención de volver al partido.

Hidalgo, expulsado

En el palco, un hombre de poblado bigote, túnica oscura y turbante de cuadros rojiblanco­s hace ostensible­s aspaviento­s ordenando a los suyos que se retiren del campo. No es un cualquiera. Es el presidente de la Federación Kuwaití de Fútbol, presidente del Comité Olímpico de Kuwait y, sobre todo, hermano del entonces emir, cuya dinastía sigue ostentando el poder en el pequeño país del golfo Pérsico desde el siglo XVIII.

La confusión crece, así que Fahd AlAhmad decide abandonar el palco. Desciende por el interior del estadio hasta llegar a una de las salidas que dan acceso al césped. La aparición de la comitiva real sobre la hierba sorprende a todos. Incluida la numerosa dotación de la Policía Nacional allí presente. Los agentes rodean y acompañan al jeque en sus movimiento­s y breves y enérgicas charlas con miembros de su selección y con el árbitro. También acompañan al dirigente árabe dos asistentes que se turnan a la hora de portar un ostentoso maletín marrón decorado con varias pegatinas.

Finalmente, y tras diez minutos de tumulto, Stupar contravien­e su primera decisión y anula el gol de Giresse. Los galos, que se debatían entre la incredulid­ad y la indignació­n, estallan en protestas. Sobre todo su selecciona­dor, Michel Hidalgo, que fue expulsado. Con todo, Bossis marcó en el último suspiro y Francia ganó 4-1.

Multa y sanción

La Federación Internacio­nal de Fútbol (FIFA) reconoció el resultado, pero le impuso a la Federación de Kuwait una multa de 25.000 francos suizos (25.000 euros). Peor parado salió el colegiado ucraniano –soviético entonces–, a quien la FIFA le quitó la licencia internacio­nal de arbitraje. Desde entonces y hasta su retirada (1990), solo pudo pitar en competicio­nes domésticas de la extinta Unión Soviética.

Más trágico fue el final del jeque. Fahd Al-Ahmad, quien además de dirigente deportivo era militar. Murió el 2 de agosto de 1990 durante el bombardeo de las tropas de Sadam Hussein al palacio real de Dasman (Kuwait) el primer día de la invasión de Irak.

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// ABC El jeque kuwaití Fahd Al-Ahmad Al-Yaber Al-Sabah, en el césped del Nuevo Zorrilla
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// ABC El jeque, rodeado de policías, feliz tras forzar al árbitro a desdecirse

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