Un ojo italiano en pos de su verdad

OBITUARIO Lisetta Carmi (1924-2022)

Pianista en su juventud, a partir de la década de los sesenta vivió la fotografía como una vocación tardía. Contempló su país, con especial atención a sus regiones deprimidas

Genovesa y judía, Annalisa Carmi, luego conocida como Lisetta, que ha fallecido el pasado día 5 en su retiro de la Puglia, iba para pianista, una carrera que empezó a estudiar con diez años. En 1938, tras la adopción de la legislación antisemita por el Gobierno italiano, conoció dificultades sin número. Su familia logró pasar la Segunda Guerra Mundial en Zúrich. Retornada a su ciudad natal, mientras su hermano Eugenio Carmi se convertía en un importante pintor, ella siguió con el piano. Sin embargo, acabó pudiendo la vocación fotográfica.

Ya en los ‘sixties’, época en que militó por breve tiempo en las filas del PCI, exploró con su Leica el puerto y el cementerio, el sol reverberando en la cal de Cerdeña o de Sicilia, la Florencia inundada de 1966, el metro de París (esas instantáneas se publicarían con un texto de RobbeGrillet), Belfast, los provos de Ámsterdam, Israel, Latinoamérica...

Como retratista, supo captar, lo mismo que su mentor, el suizo Kurt Blum, la esencia de los personajes. Por ejemplo, del siempre fotogénico Ezra Pound, al que visitó en Rapallo, en 1966. ‘Su’ Pound es macizo, casi como una escultura o un capitel. Algunas

de esas imágenes, con las que aquel año obtuvo el premio Niepce, salieron al siguiente en la pionera y formidable revista suiza ‘Du’, de Manuel Gasser, y en su propio país en ‘Marcatré’. Más recientemente, evocaría aquella sesión en un libro, ‘L’ombra di un poeta: Incontro con Ezra Pound’ (2005). Además retrató a actores; a compositores como Dallapicola o Carmelo Bene; a Lacan; o a escritores como Sciascia o Sanguinetti. La serie ‘I travestiti’, iniciada en los setenta, y recogida en un fotolibro en 1972, es la más conocida de toda su obra. Unas veces en blanco y negro, y en otras en un color muy pictorialista, presenta en ella a algunas figuras de la noche del antiguo ghetto genovés. Por ejemplo a ‘La Gitana’, amante de Filippo De Pisis.

Fotos cargadas de empatía hacia sus modelos, y tan buenas, que a veces cuando se piensa en ella, los historiadores de su disciplina sólo piensan en este ciclo, revisitado en 2020 por Marta Gili y sus alumnos en un libro de Filigranes.

La última etapa de la vida de Lisetta Carmi estuvo determinada por su encuentro, en 1976, con el maestro hinduista Shri Babaji Mahavatar. Ya alejada del universo de las cámaras, en 1979 fundó el Ashram Bole Baba en Cisternino, en la Puglia. No es extraño que una de las biografías de la finada, la escrita por Giovanna Calvenzi, y publicada en 2013, lleve por título ‘Le cinque vite di Lisetta Carmi’.