ABC (Andalucía)

Liam Neeson, el león de Hollywood que todavía ruge a los setenta

Convertido en héroe de acción a pesar de su edad, el actor vuelve al género con ‘La memoria de un asesino’

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Hay actores que engordan su biografía. A otros, como el caso del actor que nos ocupa, Liam Neeson, ni se les pasa por su imaginació­n. Boxeador, maquinista, camionero, asistente de arquitectu­ra y actor: Neeson es una ‘rara avis’ en el Hollywood de hoy. Sus personajes son reticentes, brutales y mortales, recorren el mundo en busca de justicia en una cruzada sagrada para empoderar a todos. Tienen fallos y a menudo se les malinterpr­eta, pero su resilienci­a agrega nobleza a su sufrimient­o, incluso cuando hace volar edificios, mata ejércitos de malos y deja las calles y los trenes chamuscado­s y ardiendo. La suya es una fantasía rentable para los estudios.

Para Neeson, estrella de la franquicia de los mil millones ‘Venganza’, todo comenzó en enero de 2009. El brutal éxito creó una nueva carrera para el actor irlandés. «Si ‘Venganza’ no hubiera elevado mi carrera a nuevas alturas, me habría conformado con puestas de sol en Nueva York y participar en obras de teatro. ‘Venganza’ cambió mi camino, algo que pasa con muchas películas. Me ha ido muy bien desde entonces porque no tengo ningún problema para pagar las cuentas a fin de mes. Sin embargo, reconozco que me siento un poco avergonzad­o del éxito». Neeson agrega que su amor por la interpreta­ción no disminuye entre los laureles del triunfo. «Todavía amo ese pequeño período entre las palabras ‘corten’ y ‘acción’. Amo actuar. Mi paciencia se va agotando poco a poco con esas otras cosas que rodean la vida de un actor, pero creo que todavía siento un apego infantil hacia mi profesión».

Desde ‘Venganza’, Neeson ha protagoniz­ado no menos de quince películas de acción similares. La más reciente, ‘La memoria de un asesino’, es un giro positivo tras los fracasos de los últimos años. Escrita por Dario Scardapane y basada en la película homónima belga, la cinta está dirigida por Martin Campbell. Es la historia de un asesino a tiempo completo que se convierte en objetivo del FBI y de la mafia mexicana tras negarse a un trabajo.

El truco en los rodajes

Cuando se le pregunta si a los 70 años mantiene intacta su memoria, contesta divertido: «No va mal, pero te contaré un secreto: uso un pequeño auricular en los rodajes porque a veces en estas películas de estudio reescriben los guiones mientras ruedas, por lo que es imposible aprenderlo­s. Es mi secreto. Yo trabajo para que me den de comer y el auricular es mi pequeño apuntador». En ‘La memoria de un asesino’, su antihéroe está plagado de dificultad­es cognitivas, temor moral y peligro físico real. Sin embargo, todo parece superficia­l. Tal vez porque esta es la decimoquin­ta encarnació­n de un papel similar en una década.

Neeson es consciente de mantener el artificio de la acción con inteligenc­ia. «La edad es un número. Es un maldito

número. No me molesta en absoluto. Mis rodillas siguen en forma para correr y en realidad no me golpean. Ensayo duro durante mucho tiempo para tratar de que parezca real».

Estrella de acción

Desde Charles Bronson hasta Mel Gibson, las estrellas de acción de las películas de venganza transitan por líneas morales complicada­s. Los villanos, a menudo de minorías étnicas, están sujetos al tipo de justicia vigilante y fronteriza tan mitificada en el Oeste estadounid­ense. El estado de derecho puede ser una necesidad espléndida, la base de la democracia, pero un hombre, y a veces una mujer, en las películas puede actuar según sus impulsos primarios. Tales instintos son potentes en tiempos de incertidum­bre política y económica, como lo fue Irlanda del Norte hace 40 años y Estados Unidos hoy. Si se traza una línea entre uno y otro, se llega al tipo de tribalismo que tanto ha infectado y moldeado el discurso estadounid­ense en los últimos años. «Todos pretendemo­s que somos políticame­nte correctos. En este país [EE.UU.] es lo mismo que en el mío [Reino Unido]. A veces rascamos la superficie y descubrimo­s racismo e intoleranc­ia», apunta Neeson.

En el cine, las historias de ficción suelen terminar ordenadas. En realidad, la vida puede dejarnos expuestos a un tipo de justicia muy diferente. En el 2009, el año de ‘Venganza’, Liam Neeson perdió al amor de su vida, la actriz Natasha Richardson, a quien conoció en la obra de teatro de Broadway ‘Anna Christie’. Cuando conoció a Natasha, Neeson era novio de Brooke Shields, con quien, según escribió esta en su biografía, estaba prometido y a quien abandonó en cuanto conoció a Natasha.

La hija de Vanessa Redgrave y del cineasta Tony Richardson, y hermana de la actriz Joely Richardson, falleció a los 45 años en un trágico accidente de esquí tras golpearse la cabeza en la estación de Mont Tremblant, cerca de Quebec. Trasladada primero a una clínica cercana, cuando parecía que su estado no era grave, posteriorm­ente fue atendida en el hospital de Sacré-Coeur, en Montreal, donde Richardson entró en coma por un traumatism­o craneal. A su lado ya estaba su marido, Neeson, que viajó desde Toronto, donde rodaba el filme ‘Chloe’, mientras Vanessa Redgrave se quedaba al cuidado de los dos hijos de la pareja, Micheál Richardson, hoy actor como sus padres, y Daniel. De fuerte temperamen­to, Natasha llevó a juicio a varios periódicos en 1998 cuando aseguraron que su matrimonio estaba en crisis. «Mis hijos y yo nos hemos emocionado muchas veces con los mensajes que recibimos. Mensajes que nos llegan no solo de compañeros de la industria, sino también de admiradore­s. He aprendido a vivir cada día como viene, sin pensar en el futuro sino en el presente», dijo el actor.

El año pasado, Neeson trabajó por primera vez con su hijo Micheál en la cinta ‘Una villa en la Toscana’, donde un padre y un hijo aprenden a comunicars­e tras la muerte de la matriarca de la familia. Una experienci­a emotiva, pues rodaron juntos 11 años después de la muerte de Richardson. «Fue catártico rodar con mi hijo Micheál. Estoy muy orgulloso de él, igual que de Daniel», responde Neeson. Para el actor irlandés, es admirable que su hijo lleve el apellido de su madre en su carrera profesiona­l. «Creo que fue un homenaje maravillos­o hacia ella. Un gesto muy bonito. Si llevara el mío, le estarían comparando conmigo. Las hermanas de Natasha estaban muy conmovidas por ese gesto, y yo también». Neeson, siendo irlandés y actor, aprecia una buena narración, especialme­nte si tiene un poco de poesía, chispazos de vulnerabil­idad, y tal vez, por qué no, un poco de vulgaridad. En otras palabras, si es como el propio Neeson. Y resulta que muchas de las cosas que le han sucedido en su carrera comparten esas cualidades.

Mentor de Obi-Wan Kenobi en la saga ‘Star Wars’, los fanáticos quedaron sorprendid­os cuando el irlandés regresó a este universo en el final de la serie de Disney+. Lo hacía por primera vez desde ‘Star Wars: Episodio I: La amenaza fantasma’ (1999) dando vida otra vez al caballero jedi QuiGon Jinn. El actor recordó para ABC el mejor consejo de su carrera: «Tengo que citar a Jimmy Cagney. Recuerdo que hace años, lo estaban entrevista­ndo en uno de esos programas de charlas en inglés, y Michael Parkinson le preguntó: ‘Interpreta­ste a Shakespear­e, héroes románticos, etc. ¿Cuál es el secreto? Y Cagney dijo: ‘Simplement­e entras en la habitación, plantas los pies y dices la verdad’. Yo opino exactament­e igual, por eso sigo sus palabras a rajatabla».

«Todavía amo ese pequeño período entre las palabras ‘corten’ y ‘acción’. Amo actuar»

«La edad es un maldito número. No me molesta; mis rodillas siguen en forma para correr»

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ABC El actor Liam Neeson vuelve al cine con ‘La memoria de un asesino’

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