«El atletismo es caprichoso, no solo vale con ir muy en forma»
► El último campeón mundial español, oro en Pekín 2015, llega con opciones a los 35 kilómetros marcha
❝ «Los 35 kilómetros se adaptan bien a mis características; es larga, pero se suele acabar bastante rápido»
La marcha española corre el peligro de volver a marcharse de vacío de un Mundial habiendo rozado la gloria una vez más. Ocurrió en Tokio, con tres cuartos puestos que provocaron una sensación agridulce, y de momento Eugene también está siendo esquivo para la disciplina más exitosa del atletismo nacional. María Pérez, la gran esperanza, provocó la decepción más sonora con su rápida eliminación en los 20 kilómetros. En esa distancia, Álvaro Martín, séptimo, firmó un primer puesto de finalista que supo a poco tras pelear por las medallas prácticamente hasta el final. También se quedaron a las puertas Raquel González, quinta, y Laura García-Caro, sexta, en los 35 kilómetros femeninos, dos nuevos puestos de finalistas. Queda una última opción, los 35 kilómetros masculinos, la prueba que abrirá la última jornada del Mundial (15.15, Teledeporte). Sobre el papel, tres opciones: Álvaro López, Marc Tur, cuarto en los 50 kilómetros de Tokio, y Miguel Ángel López, el último campeón mundial al aire libre del atletismo español. El murciano (Llano de Brujas, 1988), ganó el oro en los 20 kilómetros en Pekín 2015, que hasta hoy es también la última medalla de la marcha, ganadora de 17 de las 41 medallas españolas en los mundiales. Nadie mejor que él, también bronce mundialista en 2013 y campeón de Europa en 2014, para explicar la dificultad de coronarse en una competición de este tipo.
—¿Cómo llega al Mundial?
—La preparación ha sido muy buena. Llegamos a Colorado a finales de junio y hemos estado entrenando allí en altura hasta hace tres días. El sitio es muy cómodo y hemos entrenando a gusto, lo único con un poco de calor. Las sensaciones son buenas y el trabajo se ha hecho correctamente. Y sin lesiones, que es lo que más puede fastidiarte.
—¿Cuánto influye que haya un Europeo dentro de solo tres semanas?
—Esta temporada ha sido atípica, empezando porque la Copa de Europa fue en marzo y nos obligó a hacer una primera puesta a punto muy temprana. Ahora se nos juntan también dos competiciones muy importantes, por lo que el año se esta haciendo más largo. En mi caso he hecho las bajadas y los descansos necesarios para llegar bien. El Mundial es la prioridad. Para el Europeo hay poco margen y habrá que mantenerse como se pueda.
—Aquí estrenan distancia. Desaparecen los 50 kilómetros y dan la bienvenida a los 35. ¿Le va mejor o peor?
—Creo que se adapta muy bien a mis características. Le va mejor a los que suben de los 20 kilómetros que a los que bajan de los 50. Es larga, pero aún así se suele acabar bastante rápido. Necesitas chispa para tener el cambio de ritmo del final. Por los entrenamientos previos que había hecho sabía que se me podía dar bien, y en el Campeonato de España salió una marca buenísima, con récord de España.
—La marcha española vuelve a ser una de las disciplinas con mejores resultados, pero aún así no consigue despertar el entusiasmo de los aficionados...
—Eso siempre pasa. Es algo que hemos asumido y no podemos hacer mucho más. En todo caso, la gente sabe que siempre vamos a llegar con opciones a los campeonatos. A veces se consiguen medallas y otras, no. Pero siempre estamos en todas las categorías. —Hace siete años de su título mundial. Usted mejor que nadie sabe lo difícil que es lograr un oro. ¿Qué se necesita, más allá de llegar en muy buena forma?
—Es difícil, el atletismo es caprichoso. A veces llegas en una forma magnifica, piensas que lo vas a hacer muy bien y ni te acercas. En cambio, otras veces las circunstancias de las carreras se ponen a tu favor. Para ganar un Mundial hay que llegar muy en forma y venir de una temporada buena, tanto en marcas como en puestos. Luego, en la prueba se tienen que dar esas circunstancias que hacen que se te ponga a favor. Y saber que las medallas se juegan al final. Hay que tener la cabeza fría para aguantar hasta el último momento.
—Su último recuerdo, en Tokio, no fue muy positivo (acabó 31º). ¿Espera una catarsis en Oregón?
—Tokio fue un poco desastre. Esperaba un resultado mucho mejor. Las circunstancias, eso de lo que hablaba antes, no eran favorables. El calor, la humedad... Son cosas que sabes que pueden pasar. Es el deporte. Hay que estar preparado tanto para la victoria como para que te salga una carrera mala. El mayor fastidio es que te toque en unos Juegos.