La gira «Os lo dije»
Defender nada de lo que dijo o hizo Donald Trump es complicado porque suele acarrear cierto desprecio de los biempensantes y entras en una crisis reputacional entre los aseados mentales
MANTENGO que una de las enfermedades sociales más dañinas es el sectarismo, las etiquetas, el fijarse en el quién lo dice y no en el qué se dice. Hagamos una prueba práctica y se la presto para sobremesas entretenidas. Nos vamos al 11 de julio de 2018, Bruselas. «Se supone que nosotros tenemos que estar alerta con Rusia y Alemania va y paga billones y billones de dólares al año a Rusia. No es muy apropiado». Continuó: «Si se dan cuenta, Rusia tiene cautiva a Alemania. Se deshicieron de sus plantas de carbón, de la energía nuclear y consiguen gran parte de su petróleo y de gas de Rusia. Creo que es algo que debería mirar la OTAN. Es muy inapropiado».
Quien pronunciara esa frase, sin mucha farfolla académica, sin exceso de rococó politiqués, ¿podría decirse ahora que tenía razón? ¿Le concederíamos eso? Fue Donald Trump. El expresidente de EE.UU. pronunció algo parecido en la asamblea de la ONU y la delegación alemana, enfocada por la cámara, se rió. Risitas. Como las mismas que suscitó Obama en aquella cena de corresponsales en 2011 en la que bromeó con la posibilidad de que Trump llegara a la Casa Blanca. Defender nada de lo que dijo o hizo Donald Trump es complicado porque suele acarrear cierto desprecio de los biempensantes, nada que ver con los librepensadores, y entras en una crisis reputacional entre los aseados mentales. Pero aquí estamos, cuatro años después y nadie duda de que vemos con otros ojos esa foto tan famosa en la que Angela Merkel se enfrenta de pie en una reunión a un Trump con gesto imperturbable. Ahora, el expresidente podría organizar una gira por Alemania que se llamara «Os lo dije» y visitar las centrales de carbón que se van a abrir, las nucleares que eran inseguras ayer y hoy son muy necesarias y hacerse una foto en el momento en el que las farolas de las calles se apagan antes para ahorrar energía. ‘Vogue’ podría mandar a Annie Leibovitz para las fotos, como lo ha hecho ahora con el matrimonio Zelensky en Ucrania.
La literatura académica sobre los populismos sigue en aumento, con un lenguaje mucho más sofisticado que el empleado por Trump. Continúan las élites educadas estupefactas ante la desconfianza de la plebe con los expertos, los mismos que debieron de pensar que los millones de euros alemanes aplacarían a la fiera de Putin en una jugada maestra. Por cierto, aquellas declaraciones de Trump fueron objeto de verificación por esos periodistas que definen la ‘Verdad’. Concluyeron que no era tal la dependencia alemana de los gaseoductos rusos, ergo las afirmaciones de Trump podían catalogarse como ‘fake news’. Desinformación.
Quizás nos habría ido mejor con una OTAN y una Unión Europea mejor informadas. A lo mejor ahora no estaríamos afrontando restricciones pese a que España «a diferencia de otros países, no hemos vivido por encima de nuestras posibilidades desde el punto de vista energético». Eso último lo dijo Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica A Palos. Ay, si lo hubiera dicho Trump. El sectarismo.