«El futuro de la seguridad militar y alimenticia de Europa pasa por África», asegura Macron
El presidente francés, de gira por el continente, alerta del peligro del expansionismo ruso y chino en esos países
Durante su gira por varios países del África occidental, Camerún, Benín y Guinea-Bisáu, Emmanuel Macron ha insistido y denunciado la gravedad amenazante de la presencia creciente de Rusia en el corazón del continente africano, coincidiendo con la aparición de nuevas rutas del terrorismo islámico, estimando que los nuevos desafíos de la inseguridad militar y alimenticia afectan a toda Europa. A juicio del presidente francés, el futuro de la seguridad militar y alimenticia de Europa pasa, en bastante medida, por la resistencia y lucha contra la instalación de Rusia y China en las antiguas colonias europeas.
A su llegada a Camerún, donde sostuvo conversaciones con el presidente Paul Biya, Macron comenzó por denunciar el «expansionismo híbrido» de Rusia en África: «El Kremlin mueve sus peones a varios niveles. La presencia militar, directa, está acompañada de la implantación de las milicias privadas Wagner; al mismo tiempo que las agencias publicitarias rusas difunden noticias falsas, desestabilizantes».
Un portavoz oficial del presidente explica los razonamientos del jefe del Estado de este modo: «La agenda diplomática y militar rusa en África no tiene nada que ver con la prosperidad africana. Esa agenda atiza la desestabilización, siempre que puede, agravando fracturas inquietantes. Moscú se impone, sistemáticamente, alimentando la desestabilización permanente». Un modelo ‘canónico’ de la guerra híbrida rusa, en el corazón del continente africano, es el de Mali, donde, tras un golpe de Estado, los golpistas que tomaron el poder decretaron el fin de la cooperación militar con Francia, sustituida por las milicias privadas rusas controladas por ‘empresarios’ amigos de Putin. Los servicios de seguridad franceses estiman que la presencia militar rusa puede crecer si los aliados europeos no adoptan políticas más enérgicas en África.
En Benín, Macron ha evocado con mucha prudencia el cáncer nacional y regional del yihadismo: «Francia está dispuesta a incrementar su ayuda directa, en todos los terrenos, cultural, económico, militar, antiterrorista». Retórica elíptica para recordar una gangrena devastadora.
Según el ministro de la Defensa de Ghana, Dominic Nitiwul, los quince países miembros de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEEAO) han sufrido 5.300 ataques terroristas, con 16.000 muertos, durante los últimos tres años: más de mil ataques terroristas por año, con un coste devastador en vidas humanas.
La presencia militar de Francia en Malí, desplazada parcialmente a Níger, tenía como primer objetivo combatir la propagación del yihadismo islámico. En Benín, Macron ha presentado un «nuevo modelo» de lucha antiterrorista: la lucha tradicional, militar y policial, debe completarse con la cooperación cultural, social y económica.
El desarrollo económico permitiría a estas naciones recortar su dependencia y convertirse en graneros para África y Europa
Para el presidente francés, «Rusia se comporta como una potencia colonial en Ucrania. Comportamiento que África no debe olvidar»
Caldo de cultivo
Francia restituyó a Benín, en su día, una legendaria colección de obras de arte robadas durante la colonización. El gesto también tiene una dimensión más profunda: incrementar una cooperación bilateral para intentar recortar la trágica sangría de la juventud atraída por la violencia terrorista.
Se trata de una tragedia atroz, que Maryse Quashia, profesora en la Universidad de Togo, analiza de este modo: «Es difícil comprender cómo nacen las bandas terroristas. Pero conocemos sus objetivos y su caldo de cultivo: la pobreza, el paro, la miseria y la corrupción».
En Camerún, Benín y Guinea-Bisáu, Macron ha insistido en la ‘guinda’ que une la inseguridad militar, yihadista, y la inseguridad alimenticia, creciente y alarmante.
La guerra de Ucrania también tiene para África un coste trágico en víctimas del hambre por la falta de grano. Desde la óptica macroniana, el desarrollo económico permitiría a algunos países africanos recortar su dependencia alimenticia para convertirse, incluso, en graneros para África y Europa. «Rusia lanzó contra Ucrania una guerra territorial que se pensaba desaparecida de Europa, invadiendo un país libre e independiente. Se comporta como una potencia colonial. África no debe olvidar ese comportamiento», recordó el presidente francés. Durante su gira, ha intentado relanzar la Misión para la Resiliencia Alimenticia y Agrícola (MRAA), la iniciativa europea, durante la presidencia francesa, destinada a combatir la crisis alimenticia mundial.