ABC (Andalucía)

La ‘represión híbrida’ golpea a la disidencia marroquí a través de campañas de acoso

Human Rights Watch denuncia vigilancia digital e intimidaci­ón a las voces críticas

- JUAN PEDRO QUIÑONERO CORRESPONS­AL EN PARÍS

Human Rights Watch (HRW) y los emigrantes residentes en Francia que vuelven de vacaciones a Marruecos este verano han hecho el mismo descubrimi­ento: Mohamed VI ha descubiert­o el método de control social más duro, eficaz y temible: la ‘represión híbrida’. En un informe titulado (en su traducción al español) ‘Te atraparán pase lo que pase: el libro de tácticas de Marruecos para reprimir a la disidencia’, HRW escribe: «Hemos podido descubrir y documentar una serie de tácticas que, cuando se utilizan conjuntame­nte, conforman un ecosistema de represión con el objetivo no solo de silenciar las voces disidentes, sino de ahuyentar a todos los posibles críticos. Las estrategia­s incluyen juicios injustos y largas penas de prisión por cargos penales no relacionad­os con la expresión, campañas de acoso y desprestig­io en medios de comunicaci­ón afines al Estado y la persecució­n de los familiares de los disidentes. Voces críticas también han sido sometidas a vigilancia mediante vídeo y medios digitales, y en algunos casos a intimidaci­ones y agresiones físicas que la Policía no ha investigad­o adecuadame­nte».

Lama Fakih, directora de Oriente Medio y Norte de África de Human Rights Watch, comenta las conclusion­es del estudio, realizado durante los últimos doce meses, de este modo: «Las autoridade­s utilizan un manual de tácticas turbias para reprimir a la disidencia mientras se esfuerzan por mantener intacta la imagen de Marruecos como país respetuoso con los derechos. La comunidad internacio­nal debería abrir los ojos, reconocer la represión como lo que es y exigir que cese inmediatam­ente». Mohamed VI, su corte y autoridade­s puestas a su servicio personal han introducid­o unos mecanismos de represión que, sin ser inéditos, asombran por sus nuevos e híbridos mecanismos de control y represión social.

La Policía política ha puesto en marcha nuevas formas de vigilancia. Formalment­e, la legislació­n marroquí no discute, incluso ‘autoriza’ la expresión de distintos puntos de vista. En la práctica, periodista­s, disidentes y sindicalis­tas no son acusados por sus acciones u opiniones: se utilizan contra ellos presuntos delitos nunca investigad­os, como adulterio, pederastia, homosexual­idad, agresiones sexuales, blanqueo de dinero, trata de seres humanos…

En muchos casos, tales acusacione­s solo reposan en sospechas o presuncion­es que comportan, automática­mente, la degradació­n social de los acusados. La vida diaria y familiar de una mujer acusada de adulterio por la Policía política, con razón o sin ella, es condenada a la picota moral. Los hombres o mujeres acusados de homosexual­idad sufren del temible ostracismo de una sociedad ‘rigorista’, en el peor sentido religioso del términos. Un activista político acusado de blanqueo de dinero puede ser encarcelad­o con delincuent­es comunes, con posibles riesgos para su integridad física.

No son acusados por sus opiniones, sino por delitos nunca probados, como adulterio, pederastia, homosexual­idad...

 ?? // EFE ?? Mohamed VI de Marruecos
// EFE Mohamed VI de Marruecos
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain